martes, 20 de abril de 2010

ENTREVISTA A CAROLA MORENO (BARATARIA EDICIONES) DE JORDI COROMINAS, APARECIDA EN REVISTA DE LETRAS

Jordi Corominas i Julián nos ofrece un personal diálogo con Carola Moreno, editora de Barataria, una de las propuestas más personales de los últimos años. Con ella conversa sobre criterios, la relación editor-autor, el libro electrónico y otros aspectos importantes de su trabajo.

Lunes lunero por la luna llena y el cansancio de levantarse temprano. Pero tranquilos, no pasa nada, todo son buenas noticias y da la casualidad de que empecé mi semana con una hermosa charla con Carola Moreno, editora de Ediciones Barataria, sello independiente que destaca, como veremos a lo largo del diálogo, por su honestidad y un amor libresco de una nítida claridad que mezcla a partes iguales ética en el oficio y deseo de satisfacer al lector con ediciones cuidadas donde, como por otra parte debería ser en cualquier editorial que merezca llevar tal nombre, nada se deja al azar.

A modo de test…

¿Cuándo decidiste ser editora y por qué?

Más o menos a lo largo del año 1999. Recuerdo que estaba por entonces “fabricando” un libro para un editor amigo y me aburría mortalmente de redactar pies de fotos de ventanas. Se lo comenté y me dijo, muy amable: “¿No te parece que ya va siendo hora de que hagas lo que a ti te gusta? Pero antes, por favor, acaba de fabricarme mi libro”. Le acabé ese y unos cuantos más, y luego (al cabo de dos años) le hice caso.

¿Cuál es el criterio principal de tu catálogo?

Lo que más me gusta leer es narrativa. No soy selectiva con el tiempo ni con el espacio. Puedo entusiasmarme con las grandes novelas del diecinueve, tanto como con las de jóvenes autores contemporáneos. De cualquier punto y de cualquier época. Mi catálogo es reflejo de esa curiosidad.

¿Primer libro publicado?

Los dijes indiscretos, de Diderot, una novela muy mordaz sobre las intrigas palaciegas de Luis XV y la Pompadour en clave erótico-festiva-orientalizante.

¿El libro más difícil? (de editar, de conseguir, de vender… interpretación libre).

La adaptación de la obra teatral La Revelación, de Leo Bassi, a texto narrativo fue compleja. Había que mantener la frescura de las improvisaciones de Leo y que el resultado tuviera la misma fuerza de la interpretación en directo. Fue un mano a mano autor-editor apasionante. Además lo pasamos muy bien. Leo es encantador y cálido, y también riguroso en el trabajo, y ahora un buen amigo. En este momento preparo otro libro complejo: Alegato contra la pureza, de José Luis Ortiz Nuevo, con muchos cambios tipográficos, en un estilo pasquín fin de siglo. Me entusiasman este tipo de trabajos, tanto desde el punto de vista de la edición como del diseño del libro.

¿Qué libro te hubiera gustado publicar y has debido rechazar? (por estar ya editado, por problemas de derechos, por no encajar en tu colección…).

Muchos. No te sabría decir uno concreto. Casi siempre por problemas económicos. Somos una editorial pequeña y con pocos recursos económicos que no puede embarcarse en según qué anticipos.

¿Qué te impulsa a publicar un libro, además de verlo en tu catálogo?

El deseo de que ese libro que me ha parecido valioso no quede inédito. Y me alegro mucho cuando veo que lo que yo no pude editar lo editaron otros. Lo importante al final es que el lector pueda tener y leer ese libro.

¿Qué te impide publicar un libro?

Hay muchos libros que no deberían publicarse y se publican. En mi caso, intento no editar libros que luego me cueste defender, pero la decisión de no publicar es dura y puede resultar injusta.

Por curiosidad: ¿Por cuántos correctores pasan tus libros?

Dos. La primera corrección la hace un profesional externo. La segunda la suelo hacer yo misma.

¿Libro electrónico?

Estamos en ello. No es tan fácil como se apunta desde algunos sectores. Hay protocolos largos y tediosos que cumplir para que un libro pueda venderse en todo el mundo. Y, por supuesto hay que firmar con los autores la venta o cesión de sus derechos para libro electrónico.

Confiesa: Vas a una librería. ¿Recolocas tus libros en las mesas de novedades o en los estantes cuando no están bien visibles?

No. Alguna vez los he movido, de acuerdo con el librero, porque no estaban en la sección que les correspondía. Cuando me parece que merecen un puesto más visible, hablo e intento convencer al librero. Es más efectivo. Si te tomas la molestia de contarle al librero la importancia de ese libro, no sólo lo colocará en una posición más visible, también es más fácil que lo recomiende a sus clientes. En cambio, si el librero te ve moviendo los libros en “su casa”… Es como si alguien a quien has invitado a tomar café se tomara la libertad de recolocarte los cuadros. Mal rollo asegurado.

Imagina: En unos años, debido al éxito de la editorial, te ofrecen formar parte de un grupo o venderla. ¿Qué haces?

Ni idea. Es una posibilidad remota. Si se diera el caso, supongo que negociaría que al menos se mantuviera la imagen de la editorial y aseguraría la continuidad con los autores de Barataria.

LA ENTREVISTA CONTINÚA EN:

http://www.revistadeletras.net/xxii-editores-carola-moreno/



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