Hola Fernando,
muchas gracias por aceptar esta entrevista, y además para un tema como El
futuro, que se antoja escurridizo. Comentaremos sobre tu literatura, sobre ese
local tan genial que es el Nostre Racó, y sobre cómo pensamos que será nuestra
vida de aquí a unos años, y por qué.
ENTREVISTA
1- En una palabra: ¿Cómo ves nuestro
futuro?
Negro. Cuesta
mucho ser optimista con todo lo que nos rodea pero tal vez podamos sacar algún
tipo de conclusión positiva de esto.
Si conseguimos
sacar algo de toda esta miseria que estamos viviendo, a cualquier nivel, el
futuro puede que sea más prometedor de lo que parece. Si no conseguimos
aprender de esta situación el futuro amenaza ser como la peor de las
pesadillas: una vuelta atrás de dos o tres generaciones.
2- Yo le estoy dando vueltas a la cabeza
sobre que en Europa Occidental hace mucho que no hay una guerra.
Históricamente, creo que nunca había pasado tanto tiempo sin una. Pienso que
nos quieren llevar a ella, con toda esta “crisis” fabricada en la que están metiendo
a la clase media. Cada vez nos están apretando más y más, hasta que la clase
media desaparezca y así aceptemos por necesidad cualquier trabajo por salarios
mínimos, de mantenimiento de la angustia, más que nada. Cuanto menos tengamos,
cuanto más nos angustien, cuanto más ignorantes nos hagan, más controlables
seremos. No sé, ¿qué piensas de esto? ¿Hacia dónde nos estamos dirigiendo y,
por qué?
Guerras sí hubo
pero en las colonias (Malvinas, Mozambique, Indochina, Argelia, Angola…) pero
en territorio de la Europa Occidental, por fortuna, no recuerdo ninguna desde
la Segunda Guerra Mundial. Revoluciones, desde el 68 y la Revolución de los
Claveles en Portugal en 1974, tampoco recuerdo ninguna. Quizá en este momento
se dan las peores condiciones económicas y sociales de los últimos años,
especialmente en España y los cariñosamente llamados PIGS (Portugal, Italy,
Greece, Spain), pero a la vez estas circunstancias deberían despertarnos de
este acomodamiento de décadas. No podemos esperar la revolución de los que
están acomodados. Nunca ha sido así: los ricos no se revelan. No podemos
esperar revoluciones en Suiza, Noruega o en la City de Londres. Desde este
punto de vista los PIGS somos la esperanza de algo nuevo para Europa.
Hemos vivido
una larga modorra ideológica. Las ideologías, en el arte y en la sociedad, las
liquidó el capitalismo en los últimos treinta años y las hemos dejado morir a
cambio de una vida acomodada e insípida. Nos han inoculado su forma de
existencia hasta la raíz y va a ser dificil salir de ahí. Tener ideología o
conciencia social ha pasado a ser algo desfasado o anticuado, muy de la
Transición, como las chaquetas de pana o cantar la Internacional con el brazo
en alto, y está claro donde nos ha llevado esta relajación.
No es moderno
formar parte de un sindicato, incluso llega a estar mal visto denunciar a tu
empresa cuando se te despide o te golpea un policía. No sé por dónde ha llegado
este aborregamiento pero lo han conseguido. Han desactivado la sociedad, de
otra forma no se explica que no haya habido todavía una respuesta más radical a
esta situación extrema en el recorte de todos nuestros derechos (laborales y
sociales) que se están soportando con una pasividad sorprendente.
Pronto
tendremos que agradecer que nos exploten, que nos engañen y que cobremos un
sueldo de miseria. Tendremos que dar gracias por tener una casa y un trabajo.
Tendremos que dar gracias al capital por concedernos la vida, por seguir
viviendo, por no eliminarnos.
Pese a todo lo
que he dicho anteriormente sigo teniendo esperanza en la gente, sobre todo en
los más jóvenes. Tenemos que confiar en ellos.
3- ¿En qué medida piensas que la gente de
a pie, la que con sus acciones no controla a las masas de personas, puede
meterle mano a su futuro? ¿Cuánta capacidad tenemos de inventarnos nuestro
futuro y realizarlo?
Tenemos todas
las condiciones para cambiar lo que está ocurriendo. Un esperanzador ejemplo
(aunque también habría que ver dónde acabarán algunas de esas aventuras) fue la
primavera de los países árabes, movimiento todavía en curso y cuyos efectos
están por ver.
Aparte de
movilizarnos y no ceder en derechos sociales que son fruto de la lucha de
nuestros padres y abuelos habría que desactivar los mecanismos que tratan de
controlarnos: el consumo y la pasividad.
Tratando de ver
algo positivo si algo ha demostrado la crisis es que no nos gobierna nadie. No
votamos a nadie. Nuestro voto es una entelequia, un guiñol para entretener a
los niños. Ni Rajoy, ni Merkel, ni Obama: nadie pinta nada. Esta crisis ha
demostrado que ninguno de ellos tiene poder, todos son unos mandados que están
controlados por un movimiento globalizado que, para nuestra fortuna o
desgracia, finalmente se ha quitado la careta y nos ha dejado ver su cara más
descarnada y cruel.
4- ¿Tienes algún futuro ideal en el que
te gustaría vivir? ¿Cómo sería? ¿Cómo podríamos llegar a él?
Con que reaccionáramos y saliéramos de
este proceso de idiotización igualitario ya me parecería suficiente. Hemos
fracasado. La generación a la que pertenezco ha fracasado. Nos tendría que dar
vergüenza, nuestros padres nos dejaron una herencia de dignidad, de ilusión y de
lucha, y nosotros vamos a dejar a nuestros hijos una auténtica basura.
Mejorar algo esta herencia sería casi un
futuro ideal.
5- En tu novela “El golfo de los Poetas”,
que es fantástica, me interesó mucho la importancia de la memoria en la
construcción de la realidad. ¿Somos sólo memoria? Coméntanos sobre ello.
También me gustaría saber cómo nació esta novela, no sé por qué pienso que en
un principio fue un relato que expandiste, ¡pero seguro que me equivoco!
Gracias, Rubén.
Pues sí, sólo somos memoria. Todo lo que
pensamos, hablamos, recordamos. Todas nuestras cualidades más relevantes, todo
lo bueno y lo malo que somos es pura memoria, pura experiencia. Un ser humano
sin memoria no es nada.
Seguramente los mecanismos de la memoria,
sus abismos y sus enigmas, son el misterio más grande que albergamos en nuestro
interior. Conocer esta maquinaria que elige y desecha imágenes, que nos hace
evolucionar y que nos rectifica es posiblemente el viaje de exploración más
grande que le queda a la humanidad; se albergan ahí descubrimientos más
relevantes que los que podamos encontrar en alguna galaxia lejana o en lo más
profundo de nuestros océanos.
En cuanto a lo del cuento creo recordar
que “El golfo…” no tenía condición de relato aunque tampoco tenía un armazón
típico de la novela. Sí recuerdo que había una idea inicial de las vacaciones
como lugar de conflicto dentro de ya la conflictiva personalidad del protagonista:
Leo Carver. La recuerdo como una novela escrita con mucha intensidad, con mucha
desazón, y creo que eso se representa en el texto.
6- Aún no tuve ocasión de leer El libro
de las maravillas, pero ¿qué tal está siendo su recepción? Coméntanos también
si quieres qué nos vamos a encontrar en ella, a los que aún no la leímos.
La recepción está siendo muy buena y
estoy contento por ello. Se echa de menos la recepción en lo que se llamaba la
crítica literaria en prensa, un género casi extinto que está siendo sustituído
por el debate en los blogs, redes sociales y páginas de literatura. No sé si
esto es bueno o malo pero es así.
“El libro de las maravillas” es una
continuación en los mecanismos de “El golfo de los Poetas” aunque quizá de una
forma más reflexiva y desapasionada. La búsqueda, emprendida desde el
desconcierto, es la misma, se tratan de encontar los ejes que rigen nuestra
memoria, una búsqueda hecha desde las herramientas, no científicas, que nos
permite la escritura: la reproducción de los recuerdos y la meditación sobre
ellos, sobre su sentido, sus similitudes y divergencias.
7- Tu literatura es muy poética, lanzas
muchísimas perlas en las narraciones. ¿Escribes también poesía? ¿Te arrancarías
aquí unos versos para la ocasión sobre cómo sientes nuestro futuro?
Trato de
trabajar al máximo el lenguaje. La literatura utiliza como vehículo la palabra,
no la imagen, y creo que es necesario trabajar la herramienta base de nuestro
oficio.
No escribo
poesía. Tengo alguna poesía de pubertad, escrita bajo el influjo de algún
amorío, pero están escondidas y, por el bien del género y el respeto que le
tengo, deben continuar así.
8- Sobre el Nostre Racó, que es un local
de lo más acogedor que conozco, cuéntanos alguna anécdota, alguna historia de
estas que te llevarás de viaje en los recuerdos. ¿Te ha cambiado mucho la vida
este local? Se te ve muy feliz en él.
El proyecto me
lo ofreció hace menos de un año mi amigo Nacho Sahún y acepté acompañarle en
esa aventura. Creíamos que era un bar que tenía encanto y que podía ser un buen
lugar para albergar también todo aquello que nos gusta: la música y la
literatura. Ahora me encargo de coordinar la programación y echarle una mano a
Nacho cuando puedo y en lo que puedo. No creo que hubiera podido funcionar con
otra persona que no fuera él.
Están pasando
cosas interesantes, y también muy divertidas, en el Espai. Cada noche es una
aventura, el otro día entraron unos mariachis pero también nos visitan músicos
de la calle o una orquesta, con violines y contrabajos, como la semana pasada.
Hay mucha gente
con talento y es necesario darle espacios para que puedan mostrar todo su
potencial. Afortunadamente, pese a lo que hemos hablado en las primeras
preguntas, parece que la televisión y este sistema no han acabado de matarnos
del todo.
9- Estoy tratando de sacar adelante una
antología sobre Lo maldito, y la intención es también incluir las respuestas
que me han ido dando en las entrevistas, pues siempre lo pregunto, así que al
ataque: ¿Qué para ti lo maldito?
Lo maldito para mí es todo aquello que
aparentemente no existe. Todo lo que subyace y no se representa.
Aquello que apenas está escrito o oído,
lo que no está en los libros o raramente se menciona en las conversaciones…
Sería todo aquello que se desea o nos llama la atención pero que no se muestra,
también todo lo que no se hace por temor a las convenciones sociales.
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