LA BIOGRAFÍA CANÍBAL DE BRENDAN BEHAN
“ Cuanto más viejo me hago, mejor entiendo lo que me decía mi abuela:
- ¿Sabes la diferencia entre formar parte de la República de Irlanda y ser del Imperio Británico?- preguntaba ella.
“ Cuanto más viejo me hago, mejor entiendo lo que me decía mi abuela:
- ¿Sabes la diferencia entre formar parte de la República de Irlanda y ser del Imperio Británico?- preguntaba ella.
-No- respondí yo- ¿cuál es?
- Que te van a mandar una orden de desalojo escrita en irlandés y que habrá un arpa en lugar de una en inglés junto al león y el unicornio.”[1]
Con cierta frecuencia ocurre que una biografía puede carcomer el entramado de una obra literaria hasta resquebrajarla, hasta convertirla en aserrín, a otra anécdota más de la biografía del personaje. Este sería el caso de Brendan Francis Behan (Dublín, 1923-1964) que parece destinado a pasar a la posteridad más por el crecidísimo anecdotario que circula alrededor de su vida que por la calidad de su obra literaria.
Hubo antes del novelista y dramaturgo irlandés una amplia lista de ejemplos, de autores recordados más por la crueldad de su destino o lo temerario y radical de su existencia que por sus calidades literarias. Algunos autores fácilmente reconocibles serían los de Sade, Casanova, Hölderlin, José Martí, Lermontov, Castelo Branco, Rimbaud, D´Annunzio, José Asunción Silva, Walser, Pavese, Mishima, Burroughs, John Kennedy Toole. Una lista numerosa en la que también podríamos englobar a los “misteriosos” aquellos de los que sólo han quedado levísimas huellas biográficas pero que por esa casi total ausencia de referentes se vuelven llamativos y de los que dos buenos ejemplos podrían ser Lautrémont o la poetisa norteamericana Emily Dickinson.
Dentro de estos improvisados grupos nos sería difícil situar a Behan que tiene unas características tan originales como su propia biografía[2]. Tiene el irlandés sus propios estigmas y sambenitos, todos quizá perfectamente buscados por él, todos también tan terriblemente irlandeses como su propia leyenda. El extendido conocimiento de Behan por el público medio se basa en un anecdotario, cierto o falso, que se fue desgranando de su corta vida. Bastaría un simple rastreo de la información vertida sobre él en la web para observar que la mayor parte de los contenidos que afloran aluden a anécdotas- principalmente situaciones ridículas en bares y chascarrillos bellos o chuscos- y citas sacadas de contexto destinadas a englobar cualquier diccionario de citas o frases hechas. La variedad de esta suerte de mítica de la anécdota que ha generado el autor es interminable: Behan se encuentra a una dama en la puerta de un pub, Behan desesperado por no poder escribir lanza una máquina de escribir contra el cristal del pub, Brandan pinta los lavabos de un pub para poder pagar una cuenta, Behan estuvo en una semana en más de trescientos pubs, unas líneas de Behan se citan al principio de una biografía de Jim Morrison...
Pocas veces se crea tal cantidad de tradición oral sobre un autor contemporáneo. Se ha creado una fabulización que ha derivado en la conversión del autor en un héroe irlandés, con sus virtudes y defectos; patriota y bonachón, un “paddy” simpático infelizmente amarrado al alcohol. Será para el público Behan un héroe de los “Liberties”[3], un príncipe turbio de las letras cuyas aventuras conocerán hasta los bribonzuelos más ajenos a la lectura. Hay cierto malditismo en él, es simiente del pueblo, como un Zé Povinho[4] portugués, cae simpático Behan porque está aparentemente alejado del “establishment”de las letras. No parece un intelectual a primera vista, sus excesos y adicciones lo acercan al pueblo, lo humanizan, lo colocan codo con codo con cualquier obrero irlandés en la barra de un pub.
Puede que en su agitadísima juventud, una auténtica “forja de un rebelde”, estribe buena parte del sentido mítico patriótico que se le ha dado posteriormente a su vida. Behan había mamado patriotismo desde el propio seno materno; su abuelo Peader Kearney es el autor del Himno Nacional Irlandés (Soldier´s song) y su padre estaba prisionero al nacer él como consecuencia de la Guerra Civil Irlandesa (1921-1922) por lo que el joven escritor creció rodeado de fuertes arengas patrióticas y un ambiente literario por encima de lo habitual.
Estudiará el joven Behan en colegios católicos republicanos, alternando estos estudios con los trabajos de aprendiz de pintor que realizaba al lado de su padre. La vocación familiar revolucionaria tuvo que influir en su decisión de entrar con catorce años en el Fianna Éireann[5]y a los pocos meses ya trabaja como chico mensajero del IRA. A partir de aquí su historial delictivo no hace sino crecer y complicarse. En el año 1939 es arrestado mientras trasportaba explosivos para hundir un barco de guerra anclado en el puerto de Liverpool. Se le sentencia a tres años de reformatorio, pena que cumplirá en el de Borstal[6] de Suffolk. En 1942, de regreso a Irlanda, es de nuevo juzgado por el intento de asesinato de dos agentes. La pena será de catorce años de prisión que cumplirá en el penal de Mountjoy, de infausto recuerdo para los nacionalistas irlandeses. Para su fortuna se verá acogido por la aministía general de 1946 aunque por poco tiempo,de nuevo volverá a prisión, esta vez en Manchester, en el 1947, por ayudar a un intento de fuga de un miembro del IRA. En estos años de prisión comienza a fraguarse su vocación literaria, leerá mucho en las bibliotecas de los penales y empieza allí también a escribir, primero pequeñas historias, siempre alrededor de Dublín y sus leyendas urbanas. En 1952 es deportado a Francia, y allí comenzarán sus colaboraciones con Radio Telefis y para el Irish Press.
En este tiempo Behan comienza a plantearse desarrollar parte de su obra en gaélico, primero ensaya con versos, va aprendiendo los recursos de la lengua pero escribirá su primera obra de teatro todavía en inglés. Es en 1954 cuando se estrena “The Quare Fellow”[7] que será bien recibida en el Pike Theatre[8]. Behan tiene treinta años y ha pasado más de catorce entre cárceles, reformatorios y el exilio. De allí vuelve con los dos problemas que tiene que destruir su vida: la diabetes y el alcoholismo. Son los principios de los cincuenta sus primeros momentos de celebridad, y también donde aparece el binomio personaje escandaloso- hombre de letras que tendría que arrastrar a lo largo de su carrera. En su primer estreno en Londres ya despierta un gran revuelo crítico; la adaptación que se hará en el Joan Littlewood Theatre de Londres abre llagas que se creían ya cerradas pero su reputación crecerá principalmente por una entrevista absolutamente ebrio que emitirá la BBC. Desde ese momento su imagen vende, se convierte en un fenómeno mediático a la escala de la época, un tipo hilarante que representa a los ojos del espectador medio británico la imagen del “paddy” irlandés, vago, histriónico y borracho.
Sigue escribiendo artículos para el Irish Press y presenta “The Big House”, en 1957, con una repercusión discreta, pero que se ve inmediatamente acompañada por “An giall”[9], de 1958, que significará su total consagración como dramaturgo y durante un breve lapso de tiempo con el estereotipo que estaba creando. La obra se presenta inicialmente en gaélico[10] pero es rápidamente adaptada con el título de “The Hostage” por el Joan Littlewood Theatre. la obra tiene un eco internacional, se representa también en París y Nueva York con parecido éxito. “An giall” marca la cima dramática de la obra de Behan, es con seguridad su obra mayor y a la vez también señala el inicio de su declive. Estamos en 1958, Behan tiene apenas treinta y cinco años pero su salud comienza a resentirse por la combinación de alcoholismo y diabetes que arrastra desde hace quince años.
A partir de ese momento y hasta su muerte no escribirá ningún drama de interés y buena parte de su producción serán recopilaciones autobiográficas, breves relatos basados en anécdotas que muchas veces transcribe directamente de cintas que ha grabado previamente. De cierto interés serán “Borstal Boy”[11], del mismo 1958, “Brendan Behan´s New York”, de 1964, y “Confessions of an Irish Rebel”, publicado tras su muerte, ya en 1965. Los finales de los cincuenta y principios de los sesenta serán la época de las grandes borracheras con O´Nolan y Patrick Kavanagh[12], tardes de trágicas bufonadas en el Mc Daid´s o cualquier otra taberna de Dublín, las anécdotas chuscas se acumulan en el boca a boca de la ciudad y ello unido a la amplia batería de anécdotas que se acumulan en sus textos de la época acaban creando una visión unívoca y empobrecedora de Behan.
No sabemos si la intención del escritor era crear esta suerte de personaje fuera de los estrictamente literario pero el resultado es que ha pasado mayormente a la posteridad por su actitud pública provocativa y a menudo grotesca que por el peso de su obra literaria. Se recuerda con una sonrisa sus payasadas, sus excentricidades de borracho en cualquier bar, ensordece la voz del autor una suerte de biografía apócrifa, basada en los recuerdos de los que le conocieron y versiones libres que poco a poco se va desfigurando en el boca a boca. Se ha creado un verdadero “personaje”, novelesco y mítico, una historia oral alrededor de un autor literario moderno. Es cierto que hay un buen porcentaje de autores en los que pesa tanto su biografía como su propia producción –Rimbaud, Lautremont- hasta en algunos casos sólo existe la biografía- Alejandro Sawa[13]- pero en contadas ocasiones se convierte el autor en un personaje de novela, en un ente literario que incluso se puede adaptar como personaje de una ficción. La biografía de Behan tiende a convertirse en paradigma de ámbitos ajenos a la literatura, en leyenda. El vigor de su paraliteratura asociada de su ha ido quemando su corta producción literaria.
Esta dinámica mitificadora, el malditismo de su trayectoria, ha hecho que se olvide con frecuencia la visión más literaria y real de Behan. Era el dublinés un excelente conocedor de la literatura británica y francesa, y según todos los testimonios en su biblioteca personal se alineaban con extremo criterio lo mejor de la literatura contemporánea. Durante su exilio en París frecuentaba tertulias literarias en las que se daban cita Gide, Brecht o Beckett y era un verdadero adicto a las librerías de la Rive Gauche. Fue también patriota como pocos, quemó su vida por un ideal, siempre buscó Irlanda donde quiera que estuviera ( en París, en Nueva York, en Londres...) Fue Behan un romántico “sui generis”, siempre del lado del humilde y el perdedor, era una “rara avis” en un tiempo que ya se cultivaba el divinismo literario, más cercana al ideal de Michael Collins[14] que al tecnócrata pragmático que era “Dev”[15]
Pese a sus años de cárcel y lucha revolucionaria acabaría volviéndose muy escéptico sobre el uso de la violencia, relativiza las diferencias por las que antes había luchado[16] Sus últimos vaivenes vendrían tras apagarse el éxito de “The Hostage”, se sublima después su declive físico e intelectual, sus peleas con la crítica[17] se hacen habituales, contra sí mismo también lucha, arremete contra sus capacidades perdidas y un cerebro embotado por los excesos.
Quedará para siempre el autor colgado de su amplísimo anecdotario, quizás sea este el precio de una fama que probablemente no esté en consonancia con su peso literario. Para que un buen autor se transforme en celebridad tendrá que arrastrar un sambenito, ser idolatrado o denostado por una actitud vital, por una frase que le dedicó Morrison o una boutade en cierto pub del Inisfree. Quizá sea este también el precio que pagan los espíritus libres, los que se alejan de las aspas del igualador “establishment” literario. Puede que Behan se hubiera sentido satisfecho con el personaje divertido y excesivo que dejó en herencia pero sería necesario observar también el precio más dramático de esta biografía devoradora...
Brendan Francis Behan moriría el 20 de marzo de 1964 en Dublín por una cirrosis hepática agravada por su diabetes. Hay un carné de pintor con su foto expuesto en una de las vitrinas del Dublín Writers Museum. Tiene fecha de marzo de 1953. Tenía treinta años pero su rostro estaba ya abotargado, con la mirada brillante, rúbeo de sangre en sus mejillas. Aquello no era un juego. En medio de las risas y el tintineo de vasos se escondía el rostro amoratado de su tragedia.
Fernando Clemot ©2008
[19]
[1]Comentario de B.Behan citado en Libros que he leído de Antonio Ruiz Vega©
[2] Quizá solo se nos acude asociarlo biográficamente con el galés Dylan Thomas (1914-1953) personaje también de una gran vitalidad, cercano al ambiente tradicional celta. Es contemporáneo de Behan- apenas se llevan nueve años y el galés también murió rondando la cuarentena- y como él vivió de forma desordena y escandalosa. El alcoholismo marcó la trayectoria de ambos. Como icono literario-biográfico Thomas resulta más desabrido, nos enseña proporciona un estereotipo mucho más desgarrado que el del irlandés.
[3] Barrios obreros del extrarradio de Dublín
[4] Figura de un trabajador poturgués muy extendida desde su creación por el alfarero Bordalo Pinheiro en 1875. Generalmente aparece realizando un corte de mangas. Representa a la clase obrera portuguesa.
[5] Organización juvenil del Irish Republican Army
[6] Nombre que reciben la red de reformatorios británicos
[7] En español: “Un tipo singular”(1954) Narra la historia de un condenado que espera su inminente ejecución. Esta situación cambiará la vida de los otros presos, e incluso de los carceleros. Hay comedia y tragedia en sus líneas, lo humano y lo inhumano de la situación nos lleva a una feroz crítca de la pena capital.
[8] El Pike Theatre se había fundado el año anterior, en 1953, gracias a fondos de emigrantes irlandeses adinerados residentes en Estados Unidos
[9] En español: “El rehén”(1958) Es una tragicomedia que narra los hechos que siguen a la ejecución de un joven preso irlandés en un penal de Belfast. Como represalia el IRA decide capturar a un joven soldado británico, Leslie Williams. Surgirá una historia de amor entre él y Teresa, una joven irlandesa. Hay fuertes influencias del teatro de Bertold Brecht (1898-1956), principalmente de “La comedia de dos centavos” (1942) y del teatro con baile, canciones e interpelaciones directas al público que hacía también en ese tiempo ell Joan Littlewoods Theatre Workshop.
[10] La obra fue revisada y recomendada por el Gael Linn, la Academia de las Letras Irlandesas.
[11] En español: “El chico de Bostal” (1958): es un libro autobiográfico sobre los “Borstal”, o centros de detención juvenil, del Reino Unido. El escritor estuvo más de tres años en uno de ellos, entre 1939 y 1942, en Suffolk. Pese a lo dramático de la situación no es un drama, hay momentos risueños y de todo el relato se desprende que había una cierta empatía entre los chicos, por encima de la ideología, e incluso entre los guardianes y ellos. Utilizará Behan con extrema frecuencia el slang y el Cockney de los barrios bajos, circunstancia que da mayor vigor al relato.
[12] Patrick Kavanagh ( Inniskeen, 1905-Dublín, 1967) escritor irlandés. Destacan de su producción (“Ploughman and Other Verse Poems, 1936) y su novela “Tarry Flynn”, de 1949.
[13] Alejandro Sawa (Málaga, 1862- Madrid, 1909) Representante de la bohemia finisecular española. Vivió en París, y presumía de conocer a Verlaine. Escribió con poco éxito novelas a medio camino entre el naturalismo de Zola y el decadentismo hasta morir ciego y rodeado de miseria. Valle Inclán se fijó en él para crear el personaje de Max Estrella.
[14] Michael Collins (1890-1922) Líder militar de la independencia de Irlanda. Participó en el levantamiento de 1916 y tras el ingreso en prisión de todos los dirigentes del Sinn Féin dirigió las sangrientas acciones del Irish Republican Army durante los siguentes años. Firmó el polémico Tratado de Cesión en que se dividía Irlanda. Fue presidente del gobierno provisional del Estado Libre de Irlanda en 1922. Murió en un atentado en agosto de 1922, en el condado de Cork, a manos de sus opositores.
[15] Eamon de Valera (1883-1975) Político irlandés.Profesor de matemáticas, nacido en Nueva York de padre irlandés y madre española. Rebelde que ya participó en el levantamiento de 1916. En 1921 era presidente del Parlamento y lideró el bando contrario al tratado con Gran Bretaña que participó en la Guerra Civil. En 1923 firmaría una rendición incondicional y no sería hasta 1932 cuando se convierte en Presidente del Gobierno al mando del Fianna Fáil, partido de índole populista y con el que consiguió la neutralidad de Irlanda en la Segunda Guerra Mundial. Volverían a ser elegido Presidente en el bienio (1959-1973)
[16] “...it was not really the length of sentence that a worried me- for I had always believed that if a fellow wnt into the I.R.A. at all he should be prepared to throw the andel after the hatchet, die dog or shite the licence- but that I´d sooner be with my own comrades and countrymen any place else. It seemed a bit disloyal to me, that I should prefer to be with boys from English cities than with my own countrymen and comrades from Ireland’s hills and glens…” (B.Behan: “Borstal Boy” 1958)
[17] Critics are like eunuchs in a harem, they know how it´s done, they´ve seen it done every day, but they´re unable to do it themselves”
Con cierta frecuencia ocurre que una biografía puede carcomer el entramado de una obra literaria hasta resquebrajarla, hasta convertirla en aserrín, a otra anécdota más de la biografía del personaje. Este sería el caso de Brendan Francis Behan (Dublín, 1923-1964) que parece destinado a pasar a la posteridad más por el crecidísimo anecdotario que circula alrededor de su vida que por la calidad de su obra literaria.
Hubo antes del novelista y dramaturgo irlandés una amplia lista de ejemplos, de autores recordados más por la crueldad de su destino o lo temerario y radical de su existencia que por sus calidades literarias. Algunos autores fácilmente reconocibles serían los de Sade, Casanova, Hölderlin, José Martí, Lermontov, Castelo Branco, Rimbaud, D´Annunzio, José Asunción Silva, Walser, Pavese, Mishima, Burroughs, John Kennedy Toole. Una lista numerosa en la que también podríamos englobar a los “misteriosos” aquellos de los que sólo han quedado levísimas huellas biográficas pero que por esa casi total ausencia de referentes se vuelven llamativos y de los que dos buenos ejemplos podrían ser Lautrémont o la poetisa norteamericana Emily Dickinson.
Dentro de estos improvisados grupos nos sería difícil situar a Behan que tiene unas características tan originales como su propia biografía[2]. Tiene el irlandés sus propios estigmas y sambenitos, todos quizá perfectamente buscados por él, todos también tan terriblemente irlandeses como su propia leyenda. El extendido conocimiento de Behan por el público medio se basa en un anecdotario, cierto o falso, que se fue desgranando de su corta vida. Bastaría un simple rastreo de la información vertida sobre él en la web para observar que la mayor parte de los contenidos que afloran aluden a anécdotas- principalmente situaciones ridículas en bares y chascarrillos bellos o chuscos- y citas sacadas de contexto destinadas a englobar cualquier diccionario de citas o frases hechas. La variedad de esta suerte de mítica de la anécdota que ha generado el autor es interminable: Behan se encuentra a una dama en la puerta de un pub, Behan desesperado por no poder escribir lanza una máquina de escribir contra el cristal del pub, Brandan pinta los lavabos de un pub para poder pagar una cuenta, Behan estuvo en una semana en más de trescientos pubs, unas líneas de Behan se citan al principio de una biografía de Jim Morrison...
Pocas veces se crea tal cantidad de tradición oral sobre un autor contemporáneo. Se ha creado una fabulización que ha derivado en la conversión del autor en un héroe irlandés, con sus virtudes y defectos; patriota y bonachón, un “paddy” simpático infelizmente amarrado al alcohol. Será para el público Behan un héroe de los “Liberties”[3], un príncipe turbio de las letras cuyas aventuras conocerán hasta los bribonzuelos más ajenos a la lectura. Hay cierto malditismo en él, es simiente del pueblo, como un Zé Povinho[4] portugués, cae simpático Behan porque está aparentemente alejado del “establishment”de las letras. No parece un intelectual a primera vista, sus excesos y adicciones lo acercan al pueblo, lo humanizan, lo colocan codo con codo con cualquier obrero irlandés en la barra de un pub.
Puede que en su agitadísima juventud, una auténtica “forja de un rebelde”, estribe buena parte del sentido mítico patriótico que se le ha dado posteriormente a su vida. Behan había mamado patriotismo desde el propio seno materno; su abuelo Peader Kearney es el autor del Himno Nacional Irlandés (Soldier´s song) y su padre estaba prisionero al nacer él como consecuencia de la Guerra Civil Irlandesa (1921-1922) por lo que el joven escritor creció rodeado de fuertes arengas patrióticas y un ambiente literario por encima de lo habitual.
Estudiará el joven Behan en colegios católicos republicanos, alternando estos estudios con los trabajos de aprendiz de pintor que realizaba al lado de su padre. La vocación familiar revolucionaria tuvo que influir en su decisión de entrar con catorce años en el Fianna Éireann[5]y a los pocos meses ya trabaja como chico mensajero del IRA. A partir de aquí su historial delictivo no hace sino crecer y complicarse. En el año 1939 es arrestado mientras trasportaba explosivos para hundir un barco de guerra anclado en el puerto de Liverpool. Se le sentencia a tres años de reformatorio, pena que cumplirá en el de Borstal[6] de Suffolk. En 1942, de regreso a Irlanda, es de nuevo juzgado por el intento de asesinato de dos agentes. La pena será de catorce años de prisión que cumplirá en el penal de Mountjoy, de infausto recuerdo para los nacionalistas irlandeses. Para su fortuna se verá acogido por la aministía general de 1946 aunque por poco tiempo,de nuevo volverá a prisión, esta vez en Manchester, en el 1947, por ayudar a un intento de fuga de un miembro del IRA. En estos años de prisión comienza a fraguarse su vocación literaria, leerá mucho en las bibliotecas de los penales y empieza allí también a escribir, primero pequeñas historias, siempre alrededor de Dublín y sus leyendas urbanas. En 1952 es deportado a Francia, y allí comenzarán sus colaboraciones con Radio Telefis y para el Irish Press.
En este tiempo Behan comienza a plantearse desarrollar parte de su obra en gaélico, primero ensaya con versos, va aprendiendo los recursos de la lengua pero escribirá su primera obra de teatro todavía en inglés. Es en 1954 cuando se estrena “The Quare Fellow”[7] que será bien recibida en el Pike Theatre[8]. Behan tiene treinta años y ha pasado más de catorce entre cárceles, reformatorios y el exilio. De allí vuelve con los dos problemas que tiene que destruir su vida: la diabetes y el alcoholismo. Son los principios de los cincuenta sus primeros momentos de celebridad, y también donde aparece el binomio personaje escandaloso- hombre de letras que tendría que arrastrar a lo largo de su carrera. En su primer estreno en Londres ya despierta un gran revuelo crítico; la adaptación que se hará en el Joan Littlewood Theatre de Londres abre llagas que se creían ya cerradas pero su reputación crecerá principalmente por una entrevista absolutamente ebrio que emitirá la BBC. Desde ese momento su imagen vende, se convierte en un fenómeno mediático a la escala de la época, un tipo hilarante que representa a los ojos del espectador medio británico la imagen del “paddy” irlandés, vago, histriónico y borracho.
Sigue escribiendo artículos para el Irish Press y presenta “The Big House”, en 1957, con una repercusión discreta, pero que se ve inmediatamente acompañada por “An giall”[9], de 1958, que significará su total consagración como dramaturgo y durante un breve lapso de tiempo con el estereotipo que estaba creando. La obra se presenta inicialmente en gaélico[10] pero es rápidamente adaptada con el título de “The Hostage” por el Joan Littlewood Theatre. la obra tiene un eco internacional, se representa también en París y Nueva York con parecido éxito. “An giall” marca la cima dramática de la obra de Behan, es con seguridad su obra mayor y a la vez también señala el inicio de su declive. Estamos en 1958, Behan tiene apenas treinta y cinco años pero su salud comienza a resentirse por la combinación de alcoholismo y diabetes que arrastra desde hace quince años.
A partir de ese momento y hasta su muerte no escribirá ningún drama de interés y buena parte de su producción serán recopilaciones autobiográficas, breves relatos basados en anécdotas que muchas veces transcribe directamente de cintas que ha grabado previamente. De cierto interés serán “Borstal Boy”[11], del mismo 1958, “Brendan Behan´s New York”, de 1964, y “Confessions of an Irish Rebel”, publicado tras su muerte, ya en 1965. Los finales de los cincuenta y principios de los sesenta serán la época de las grandes borracheras con O´Nolan y Patrick Kavanagh[12], tardes de trágicas bufonadas en el Mc Daid´s o cualquier otra taberna de Dublín, las anécdotas chuscas se acumulan en el boca a boca de la ciudad y ello unido a la amplia batería de anécdotas que se acumulan en sus textos de la época acaban creando una visión unívoca y empobrecedora de Behan.
No sabemos si la intención del escritor era crear esta suerte de personaje fuera de los estrictamente literario pero el resultado es que ha pasado mayormente a la posteridad por su actitud pública provocativa y a menudo grotesca que por el peso de su obra literaria. Se recuerda con una sonrisa sus payasadas, sus excentricidades de borracho en cualquier bar, ensordece la voz del autor una suerte de biografía apócrifa, basada en los recuerdos de los que le conocieron y versiones libres que poco a poco se va desfigurando en el boca a boca. Se ha creado un verdadero “personaje”, novelesco y mítico, una historia oral alrededor de un autor literario moderno. Es cierto que hay un buen porcentaje de autores en los que pesa tanto su biografía como su propia producción –Rimbaud, Lautremont- hasta en algunos casos sólo existe la biografía- Alejandro Sawa[13]- pero en contadas ocasiones se convierte el autor en un personaje de novela, en un ente literario que incluso se puede adaptar como personaje de una ficción. La biografía de Behan tiende a convertirse en paradigma de ámbitos ajenos a la literatura, en leyenda. El vigor de su paraliteratura asociada de su ha ido quemando su corta producción literaria.
Esta dinámica mitificadora, el malditismo de su trayectoria, ha hecho que se olvide con frecuencia la visión más literaria y real de Behan. Era el dublinés un excelente conocedor de la literatura británica y francesa, y según todos los testimonios en su biblioteca personal se alineaban con extremo criterio lo mejor de la literatura contemporánea. Durante su exilio en París frecuentaba tertulias literarias en las que se daban cita Gide, Brecht o Beckett y era un verdadero adicto a las librerías de la Rive Gauche. Fue también patriota como pocos, quemó su vida por un ideal, siempre buscó Irlanda donde quiera que estuviera ( en París, en Nueva York, en Londres...) Fue Behan un romántico “sui generis”, siempre del lado del humilde y el perdedor, era una “rara avis” en un tiempo que ya se cultivaba el divinismo literario, más cercana al ideal de Michael Collins[14] que al tecnócrata pragmático que era “Dev”[15]
Pese a sus años de cárcel y lucha revolucionaria acabaría volviéndose muy escéptico sobre el uso de la violencia, relativiza las diferencias por las que antes había luchado[16] Sus últimos vaivenes vendrían tras apagarse el éxito de “The Hostage”, se sublima después su declive físico e intelectual, sus peleas con la crítica[17] se hacen habituales, contra sí mismo también lucha, arremete contra sus capacidades perdidas y un cerebro embotado por los excesos.
Quedará para siempre el autor colgado de su amplísimo anecdotario, quizás sea este el precio de una fama que probablemente no esté en consonancia con su peso literario. Para que un buen autor se transforme en celebridad tendrá que arrastrar un sambenito, ser idolatrado o denostado por una actitud vital, por una frase que le dedicó Morrison o una boutade en cierto pub del Inisfree. Quizá sea este también el precio que pagan los espíritus libres, los que se alejan de las aspas del igualador “establishment” literario. Puede que Behan se hubiera sentido satisfecho con el personaje divertido y excesivo que dejó en herencia pero sería necesario observar también el precio más dramático de esta biografía devoradora...
Brendan Francis Behan moriría el 20 de marzo de 1964 en Dublín por una cirrosis hepática agravada por su diabetes. Hay un carné de pintor con su foto expuesto en una de las vitrinas del Dublín Writers Museum. Tiene fecha de marzo de 1953. Tenía treinta años pero su rostro estaba ya abotargado, con la mirada brillante, rúbeo de sangre en sus mejillas. Aquello no era un juego. En medio de las risas y el tintineo de vasos se escondía el rostro amoratado de su tragedia.
Fernando Clemot ©2008
[19]
[1]Comentario de B.Behan citado en Libros que he leído de Antonio Ruiz Vega©
[2] Quizá solo se nos acude asociarlo biográficamente con el galés Dylan Thomas (1914-1953) personaje también de una gran vitalidad, cercano al ambiente tradicional celta. Es contemporáneo de Behan- apenas se llevan nueve años y el galés también murió rondando la cuarentena- y como él vivió de forma desordena y escandalosa. El alcoholismo marcó la trayectoria de ambos. Como icono literario-biográfico Thomas resulta más desabrido, nos enseña proporciona un estereotipo mucho más desgarrado que el del irlandés.
[3] Barrios obreros del extrarradio de Dublín
[4] Figura de un trabajador poturgués muy extendida desde su creación por el alfarero Bordalo Pinheiro en 1875. Generalmente aparece realizando un corte de mangas. Representa a la clase obrera portuguesa.
[5] Organización juvenil del Irish Republican Army
[6] Nombre que reciben la red de reformatorios británicos
[7] En español: “Un tipo singular”(1954) Narra la historia de un condenado que espera su inminente ejecución. Esta situación cambiará la vida de los otros presos, e incluso de los carceleros. Hay comedia y tragedia en sus líneas, lo humano y lo inhumano de la situación nos lleva a una feroz crítca de la pena capital.
[8] El Pike Theatre se había fundado el año anterior, en 1953, gracias a fondos de emigrantes irlandeses adinerados residentes en Estados Unidos
[9] En español: “El rehén”(1958) Es una tragicomedia que narra los hechos que siguen a la ejecución de un joven preso irlandés en un penal de Belfast. Como represalia el IRA decide capturar a un joven soldado británico, Leslie Williams. Surgirá una historia de amor entre él y Teresa, una joven irlandesa. Hay fuertes influencias del teatro de Bertold Brecht (1898-1956), principalmente de “La comedia de dos centavos” (1942) y del teatro con baile, canciones e interpelaciones directas al público que hacía también en ese tiempo ell Joan Littlewoods Theatre Workshop.
[10] La obra fue revisada y recomendada por el Gael Linn, la Academia de las Letras Irlandesas.
[11] En español: “El chico de Bostal” (1958): es un libro autobiográfico sobre los “Borstal”, o centros de detención juvenil, del Reino Unido. El escritor estuvo más de tres años en uno de ellos, entre 1939 y 1942, en Suffolk. Pese a lo dramático de la situación no es un drama, hay momentos risueños y de todo el relato se desprende que había una cierta empatía entre los chicos, por encima de la ideología, e incluso entre los guardianes y ellos. Utilizará Behan con extrema frecuencia el slang y el Cockney de los barrios bajos, circunstancia que da mayor vigor al relato.
[12] Patrick Kavanagh ( Inniskeen, 1905-Dublín, 1967) escritor irlandés. Destacan de su producción (“Ploughman and Other Verse Poems, 1936) y su novela “Tarry Flynn”, de 1949.
[13] Alejandro Sawa (Málaga, 1862- Madrid, 1909) Representante de la bohemia finisecular española. Vivió en París, y presumía de conocer a Verlaine. Escribió con poco éxito novelas a medio camino entre el naturalismo de Zola y el decadentismo hasta morir ciego y rodeado de miseria. Valle Inclán se fijó en él para crear el personaje de Max Estrella.
[14] Michael Collins (1890-1922) Líder militar de la independencia de Irlanda. Participó en el levantamiento de 1916 y tras el ingreso en prisión de todos los dirigentes del Sinn Féin dirigió las sangrientas acciones del Irish Republican Army durante los siguentes años. Firmó el polémico Tratado de Cesión en que se dividía Irlanda. Fue presidente del gobierno provisional del Estado Libre de Irlanda en 1922. Murió en un atentado en agosto de 1922, en el condado de Cork, a manos de sus opositores.
[15] Eamon de Valera (1883-1975) Político irlandés.Profesor de matemáticas, nacido en Nueva York de padre irlandés y madre española. Rebelde que ya participó en el levantamiento de 1916. En 1921 era presidente del Parlamento y lideró el bando contrario al tratado con Gran Bretaña que participó en la Guerra Civil. En 1923 firmaría una rendición incondicional y no sería hasta 1932 cuando se convierte en Presidente del Gobierno al mando del Fianna Fáil, partido de índole populista y con el que consiguió la neutralidad de Irlanda en la Segunda Guerra Mundial. Volverían a ser elegido Presidente en el bienio (1959-1973)
[16] “...it was not really the length of sentence that a worried me- for I had always believed that if a fellow wnt into the I.R.A. at all he should be prepared to throw the andel after the hatchet, die dog or shite the licence- but that I´d sooner be with my own comrades and countrymen any place else. It seemed a bit disloyal to me, that I should prefer to be with boys from English cities than with my own countrymen and comrades from Ireland’s hills and glens…” (B.Behan: “Borstal Boy” 1958)
[17] Critics are like eunuchs in a harem, they know how it´s done, they´ve seen it done every day, but they´re unable to do it themselves”
Artículo aparecido en la sección Educomanía de la revista Literaturas ( marzo de 2008)
No hay comentarios:
Publicar un comentario