jueves, 29 de julio de 2010

EL MICROCUENTO E INTERNET. Artículo de Fernando Clemot aparecido en la revista Ajícara (29/7/10)


El microcuento e internet
por Fernando Clemot

“El microrrelato nace con la idea de ser leído de un tirón, como un chupito de whisky se rellena con la intención de beberse de un trago, al poco sientes el quemazón en la garganta primero y más tarde en el estómago, y esa misma sensación es la que debería quedar en la memoria del lector cada vez que se enfrente a él.” Ginés S. Cutillas

Orígenes


Al microrrelato, al no ser uno de los géneros llamados clásicos, se le han encontrado innumerables inicios y referentes.

Algunos le han buscado una relación directa con géneros anteriores ya que en la literatura siempre se han utilizado textos o formas orales de corta extensión como las fábulas, las parábolas, las adivinanzas… Otros, como el escritor y crítico Pedro de Miguel (1), encuentran en las vanguardias y en los años treinta el caldo de cultivo del género pero habría que decir, poniéndonos estrictos, que el microcuento como género definido tiene una historia breve en español, es un género novedoso, recién inaugurado y no encontramos esa primera definición hasta los años cincuenta, en Argentina, de la mano de Bioy Casares, Borges y Cortázar. Tras estos le siguen otros autores iberoamericanos como Arreola, Denevi o Monterroso y de aquí a los autores españoles como Merino, Zapata, Tomeo, Juan Pedro Aparicio o Ángel Olgoso que junto a los trabajos teóricos de David Lagmanovich, Fernando Valls o Francisca Noguerol acabarán dando una mayor cohesión y profundidad al género.

Así tenemos que en un par de generaciones se ha pasado de las primeras formas de microrrelato o prosa breve a las que Max Aub llamaría “cagarritas literarias” a un género de prestigio, con proyección, con un aparato crítico que lo avala, estudios literarios a su alrededor y con congresos dedicados al mismo.

Nuevos géneros, nuevas tecnologías.

Debates aparte lo que parece claro es que cuando hablamos de microrrelato o microcuento hablamos de un género de muy reciente formación y definición, desarrollado en nuestro país principalmente en los últimos veinticinco años y que coincide de esta forma con el despegue e implantación masiva las nuevas tecnologías: webs, blogs, redes sociales… No sólo en las coordenadas temporales coinciden microrelato e internet si no que en la base de ambas formas de expresión encontramos una correlación decisiva ya que en ambas la brevedad e inmediatez son características definitorias.

Y así es, y en estos años de implantación de la literatura en internet el microrrelato ha resultado uno de los géneros más favorecidos y potenciados por las nuevas tecnologías. El ensayo, el relato tradicional, y mucho menos la novela, no son géneros que por extensión y fondo se adapten al formato de un blog o una página web con la misma comodidad que el microrrelato. Incluso la poesía parece que no encuentra un cauce apropiado en el lenguaje digital que lo pueda representar sin quitarle connotaciones que sí le ofrece el libro impreso.

Se diría que Internet, y en especial el blog, parece un formato creado por y para el microrelato y puede que sea en la blogosfera donde se ha producido un auge más espectacular del género. El microrrelato medio, cuyo tamaño debería oscilar aproximadamente entre doce y veinticuatro líneas, coincide prácticamente con la visualización de lo que comunmente se llama un “pantallazo de blog”. Pocas veces una herramienta se ha adaptado tan bien a una función como en el binomio microrrelato-blog. Fruto de esta adecuación se han desarrollado, especialmente en los cinco últimos años, un buen número de blogs dentro del ámbito nacional dedicados al cultivo del relato breve, no siempre de forma exclusiva pero que sí acogen con frecuencia reflexiones, debates y microrrelatos de los propios blogeros o de escritores colaboradores.

Una buena forma de seguir la actualidad del género es seguir la bulliciosa actualidad de algunos blogs, entre los que podríamos destacar: La nave de los locos, Relataduras, los blogs de Ginés Cutillas y Sergi Bellver, El clavo en la pared, Pensión Ulises, el blog de la revista Al otro lado del espejo, El tacto de un billete falso y los lamentablemente extintos Masacre en los jardines y El síndrome Chéjov

Presente y futuro del microrrelato.

El presente de este género en la red no puede ser más esperanzador ya que coincide en el tiempo con el auge en España del género del cuento, familiar muy próximo del microrrelato. Se diría que los géneros de la narrativa breve pasan por un momento inédito de esplendor, empujado también desde hace unos años por los múltiples premios literarios que espolean a los creadores de cuento y microcuento.

Quizá impulsado por este interés y el desarrollo en la red algunas editoriales se han identificado con el género del microrrelato y han apostado definitivamente por él. De estas cabría destacar especialmente la editorial zaragozana Páginas de Espuma, que recientemente publicó un segundo volumen de su antología Por favor sea breve, y también otras como Traspiés, Menoscuarto, Cuadernos del Vigía, a la par que la labor referencial de Fernando Valls (destacamos sus recopilatorios Ciempiés, los relatos de Quimera y el estudio Soplando vidrio y otros estudios sobre el microcuento español) que ha actuado como verdadero dinamizador del género en España.

1 “El microrrelato se populariza en la literatura en español gracias a la concurrencia de dos fenómenos de distinta índole: la explosión de las vanguardias con su renovación expresiva y la proliferación de revistas que exigían textos breves ilustrados para llenar sus páginas culturales. Algunas de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna son verdaderos cuentos de apenas una línea, y también Rubén Darío y Vicente Huidobro publicaron minicuentos desde diversas estéticas. Junto a estos autores, la crítica señala también al mexicano Julio Torri y al argentino Leopoldo Lugones como decisivos precursores del actual microrrelato…”

Artículo aparecido en la revista Ajícara
( http://www.ajicara.com) el 29/7/10



9 comentarios:

Raúl dijo...

Un buen artículo con el que, en general, comulgo bastante. Resulta evidente la relación sinalagmática entre el micro e internet.
Un saludo.

FERNANDO CLEMOT dijo...

Gracias, Raúl, por tu tiempo y tu comentario. Un abrazo.

Ginés S. Cutillas dijo...

Gracias Fernando por citarme. Todo un honor. Sólo una cosa, el blog de Miguel Ángel Muñoz (El síndrome Chéjov) volvió a la vida y goza de muy buena salud. Lo digo porque es un claro referente en España del mundo del cuento.

Un abrazo,
Ginés

FERNANDO CLEMOT dijo...

Está muy bien que lo señales, Ginés, y es una gran noticia que siga funcionando El síndrome Chejov, un blog muy, muy recomendable.

Anónimo dijo...

Hola, Fernando. Enhorabuena por el Setenil, tu libro es magnífico, lo acabé hace bien poco y lo disfruté largamente. Descubro este blog tuyo a puntito de salir (yo, no tu blog) para New York (y sus estancos). Muy interesante tu artículo. Saludos afectuosos para ti y el amigo Cutillas, fabuloso koala.
Miguel A. Zapata

FERNANDO CLEMOT dijo...

Gracias, Miguel Ángel, por el comentario y por leer Estancos. Tenemos bastantes amigos comunes, espero que podamos coincidir pronto y charlar un rato. Saludos desde Benasque, en una tarde de tormenta.Buen viaje

Xuan dijo...

Un artículo muy interesante.
Creo que, en cierto modo, también hay paralerismos entre la época de crisis que acompañó a las vanguardias y la actual

Unknown dijo...

"relación sinalagmática" qué quiere decir?
Isabel I.

Jorge Arbenz dijo...

Por el microrrelato profeso gran admiración y, como bien dices, las posibilidades del género se han disparado con la red...algo que a mí me parece maravilloso y a los puristas de la prosa, un verdadero desastre.
Saludos muy cordiales desde BCN. Volveré por aquí.