viernes, 5 de febrero de 2010

VIRUTAS DE MODERNIDAD: FERNANDO ZÓBEL ( I )


VIRUTAS DE MODERNIDAD: FERNANDO ZÓBEL (I)
por Fernando Clemot

Es una anécdota conocida, casi transformada en boutade, la forma en que Fernando Zóbel (Manila, 1924-Roma, 1984) llego a descubrir la estética que luego gobernaría toda su carrera artística. Se dice que el autor volvía de su estudio con una carpeta con sus pinturas cuando una fuerte tormenta caló por completo sus cuadros. Al llegar a su casa, en la visión de esas pinturas emborronadas por el agua percibió la magia de aquellas nuevas formas resultantes, difusas, suaves en el trazo pero a la vez creadoras de una sugerencia violentísima. De aquel percance surgió la idea que aquel era el camino a seguir para consolidar una obra con una coherencia propia.
Foto: Jardín seco. Zóbel.
Sería ridículo reducir su búsqueda a este detalle, significativo por lo gráfico, pero anécdota al fin y al cabo. Es muy posible que tengan mucho más que ver en la consolidación de su estilo inconfundible su vocación ineludible y la influencia de Rothko y Pollock que esa archifamosa tarde de lluvia.

Zóbel entraría en contacto con las nuevas tendencias que al acabar la guerra incendiaban la pintura norteamericana tras acabar sus estudios en Harvard, en 1946, de la mano de Red Champion y Jim Pfeufer, dos figuras clave en su formación y promoción artística en aquellos primeros años. Allí conoce lo que se ha dado en llamar el Boston Style y que influye de forma clara a sus primeras obras. Tras esa época de formación volvería a Filipinas donde sufre una crisis que le lleva incluso a destruir en 1953 buena parte de su producción. Son años en los que la vocación del pintor se debate con los negocios de la compañía familiar, Ayala y Compañía. Este choque entre la voluntad y el pragmatismo le llevará finalmente a una fuerte depresión en 1954. Ese mismo año decide dejar Manila y volver a Estados Unidos donde entra en la Rhode Island School of Design, donde descubrirá los trabajos de Mark Rothko. Queda impresionado por sus grandes masas de color y llega a la conclusión que él, como diseñador, podría realizar algo parecido usando únicamente la línea.
Con la conciencia de que ya tiene la base sobre la que quiere modular su obra vuelve a Manila en 1958 y entra en contacto con el experto en caligrafía china Chen Bing Sun, una influencia minimalista que nutrirá y enriquecerá una obra que empieza a definirse. En 1960 Zóbel se instala finalmente en España, abandona la compañía familiar y decide dedicar su tiempo únicamentea su vocación pictórica. De esa época es la serie “Saetas”, muy inspirada en la caligrafía oriental. A ésta le sigue la llamada “Serie negra” (1960-1964) que se caracteriza por la utilización del negro como único color en los lienzos. El retorno del color a los cuadros de Zóbel se produce en 1963-1964 influido por sus estancias cada vez más continuadas en Cuenca, donde se impregna de esa observación de la naturaleza y esencialismo en sus composiciones que dominarán buena parte de su obra hasta su muerte.

Otra serie que ocuparía a Zóbel en todos estos años es el inicio de su serie “Diálogos”, basada en la observación de los maestros pictóricos de todos los tiempos. Para la realización de esta serie visitaría buena parte de los principales museos en busca de su reinterpretación de los clásicos

No menos importante será la faceta de Fernando Zóbel como impulsor cultural. Desde 1955 el pintor se había interesado por el trabajo de los pintores españoles pero no sería hasta su llegada en 1960 cuando su figura desarrolla la necesaria función de catalizador del movimiento abstracto español. Ayudado por Gustavo Torner y Gerardo Rueda consigue que el Ayuntamiento de Cuenca les ceda parte del recinto de las Casas Colgadas para crear en 1966 el Museo de Arte Abstracto Español, que en pocos años se convertiría en una referencia a nivel europeo y mundial.

Imagen de Pippermint frappé ( C. Saura, 1967) filmada en parte en el Museo de Arte Abstracto

En las colecciones del museo (que desde 1980 adquiere la Fundación Juan March) hay una representación inigualable de las principales tendencias abstractas españolas de aquellos años:
-El grupo El Paso (1957-1960) al que pertenecer Millares, Saura, Fiero, Canogar, Chirino y Rivera.
-Dau al Set (1948-1953) en el que destacan Tàpies y Cuixart.
-Los artistas valencianos Eusebio Sempere y Amadeo Gabino dentro del grupo Parpalló ( 1957-1961)
- El grupo de escultores y pintores vascos entre los que destacan Chillida, Oteiza y Barrenechea y que formaría el grupo Gaur ( 1966-1970)

Pasados más de veinticinco años desde su muerte la figura de Fernando Zóbel (como pintor y promotor museístico) sigue siendo decisiva para entender el arte abstracto español de los últimos cincuenta años

ENLACES
Artículo en el diario El País ( octubre de 2009)
http://www.elpais.com/articulo/cultura/vuelta/mundo/Fernando/Zobel/elpepicul/20090326elpepicul_6/Tes

Audio sobre programa en Rne sobre la figura de Fernando Zóbel ( 2009)
http://www.ivoox.com/pintor-fernando-zobel-documentos-rne-audios-mp3_rf_195896_1.html

Web oficial de Fernando Zóbel
http://www.fernandozobel.com/home.htm

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