TEXTO ORIGINAL EN
El primer libro que leí de Fernando Clemot fue “El golfo de los poetas”. Y tanto me gustó su forma de narrar que he seguido con este último “El libro de las maravillas”.
No he podido conseguir aún el que, creo, su primera publicación “Estancos del Chiado” con el que se alzó con el Setenil al mejor libro de relatos en 2009. Después he tenido el placer de leer relatos suyos en diversas publicaciones, el anterior a “El libro de las maravillas” fue Mi madre es un pez.
La base principal de “El libro de las maravillas” de igual título que aquel dictado por Marco Polo a Rustichello en el tiempo que ambos estuvieron encarcelados durante la guerra entre Venecia y Génova, es en palabras de su protagonista:
“… mi necesidad de completar con las vivencias de otros, con sus viajes y pequeñas o grandes aventuras, lo que consideraba una vida pobre, una existencia insulsa… consideraba que había llevado una vida de cobarde, le hablé entonces de Rustichello en la cárcel de Génova, en lo que debió de sentir aquel hombre al escuchar las aventuras del gran viajero. Necesitaba revivir, por poco que fuera …”
La acción de esta novela transcurre en una clínica de reposo o de reposo final, más bien, donde todos los pacientes han ingresado con la seguridad de que no van a salir de ella. Los imágenes de la vida del protagonista — el señor C — se centran básicamente en el recuerdo, muchas veces amargo, y con tintes de arrepentimiento, de todas las mujeres que han configurado su vida.
Los recuerdos se mezclan de una manera aleatoria, con las vicisitudes de su estancia en la clínica, con la monotonía de lo cotidiano — las visitas del médico, la temperatura — con un relato de intriga del misterioso Doctor Keita, un extraño personaje de quien el señor C desconfía, con la desaparición del doctor Andrade y las narraciones que, gracias a su amigo Bridoso, le van contando los otros enfermos para, de esa manera, componer su propio libro de las maravillas.
Fernando Clemot concentra toda la novela entre los días 17 y el 22, con toda su intensidad, con un lenguaje preciso y precioso, pausado y tremendamente rico que te hace disfrutar de cada uno de los párrafos, demostrando que es un gran narrador. Uno de los mejores de la actualidad.
El libro de las maravillas
Fernando Clemot
Barataria
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