jueves, 9 de julio de 2009

LA BIOGRAFÍA CANÍBAL DE BRENDAN BEHAN





LA BIOGRAFÍA CANÍBAL DE BRENDAN BEHAN





“ Cuanto más viejo me hago, mejor entiendo lo que me decía mi abuela:
- ¿Sabes la diferencia entre formar parte de la República de Irlanda y ser del Imperio Británico?- preguntaba ella.

-No- respondí yo- ¿cuál es?
- Que te van a mandar una orden de desalojo escrita en irlandés y que habrá un arpa en lugar de una en inglés junto al león y el unicornio.”[1]


Con cierta frecuencia ocurre que una biografía puede carcomer el entramado de una obra literaria hasta resquebrajarla, hasta convertirla en aserrín, a otra anécdota más de la biografía del personaje. Este sería el caso de Brendan Francis Behan (Dublín, 1923-1964) que parece destinado a pasar a la posteridad más por el crecidísimo anecdotario que circula alrededor de su vida que por la calidad de su obra literaria.
Hubo antes del novelista y dramaturgo irlandés una amplia lista de ejemplos, de autores recordados más por la crueldad de su destino o lo temerario y radical de su existencia que por sus calidades literarias. Algunos autores fácilmente reconocibles serían los de Sade, Casanova, Hölderlin, José Martí, Lermontov, Castelo Branco, Rimbaud, D´Annunzio, José Asunción Silva, Walser, Pavese, Mishima, Burroughs, John Kennedy Toole. Una lista numerosa en la que también podríamos englobar a los “misteriosos” aquellos de los que sólo han quedado levísimas huellas biográficas pero que por esa casi total ausencia de referentes se vuelven llamativos y de los que dos buenos ejemplos podrían ser Lautrémont o la poetisa norteamericana Emily Dickinson.
Dentro de estos improvisados grupos nos sería difícil situar a Behan que tiene unas características tan originales como su propia biografía[2]. Tiene el irlandés sus propios estigmas y sambenitos, todos quizá perfectamente buscados por él, todos también tan terriblemente irlandeses como su propia leyenda. El extendido conocimiento de Behan por el público medio se basa en un anecdotario, cierto o falso, que se fue desgranando de su corta vida. Bastaría un simple rastreo de la información vertida sobre él en la web para observar que la mayor parte de los contenidos que afloran aluden a anécdotas- principalmente situaciones ridículas en bares y chascarrillos bellos o chuscos- y citas sacadas de contexto destinadas a englobar cualquier diccionario de citas o frases hechas. La variedad de esta suerte de mítica de la anécdota que ha generado el autor es interminable: Behan se encuentra a una dama en la puerta de un pub, Behan desesperado por no poder escribir lanza una máquina de escribir contra el cristal del pub, Brandan pinta los lavabos de un pub para poder pagar una cuenta, Behan estuvo en una semana en más de trescientos pubs, unas líneas de Behan se citan al principio de una biografía de Jim Morrison...
Pocas veces se crea tal cantidad de tradición oral sobre un autor contemporáneo. Se ha creado una fabulización que ha derivado en la conversión del autor en un héroe irlandés, con sus virtudes y defectos; patriota y bonachón, un “paddy” simpático infelizmente amarrado al alcohol. Será para el público Behan un héroe de los “Liberties”[3], un príncipe turbio de las letras cuyas aventuras conocerán hasta los bribonzuelos más ajenos a la lectura. Hay cierto malditismo en él, es simiente del pueblo, como un Zé Povinho[4] portugués, cae simpático Behan porque está aparentemente alejado del “establishment”de las letras. No parece un intelectual a primera vista, sus excesos y adicciones lo acercan al pueblo, lo humanizan, lo colocan codo con codo con cualquier obrero irlandés en la barra de un pub.
Puede que en su agitadísima juventud, una auténtica “forja de un rebelde”, estribe buena parte del sentido mítico patriótico que se le ha dado posteriormente a su vida. Behan había mamado patriotismo desde el propio seno materno; su abuelo Peader Kearney es el autor del Himno Nacional Irlandés (Soldier´s song) y su padre estaba prisionero al nacer él como consecuencia de la Guerra Civil Irlandesa (1921-1922) por lo que el joven escritor creció rodeado de fuertes arengas patrióticas y un ambiente literario por encima de lo habitual.
Estudiará el joven Behan en colegios católicos republicanos, alternando estos estudios con los trabajos de aprendiz de pintor que realizaba al lado de su padre. La vocación familiar revolucionaria tuvo que influir en su decisión de entrar con catorce años en el Fianna Éireann[5]y a los pocos meses ya trabaja como chico mensajero del IRA. A partir de aquí su historial delictivo no hace sino crecer y complicarse. En el año 1939 es arrestado mientras trasportaba explosivos para hundir un barco de guerra anclado en el puerto de Liverpool. Se le sentencia a tres años de reformatorio, pena que cumplirá en el de Borstal[6] de Suffolk. En 1942, de regreso a Irlanda, es de nuevo juzgado por el intento de asesinato de dos agentes. La pena será de catorce años de prisión que cumplirá en el penal de Mountjoy, de infausto recuerdo para los nacionalistas irlandeses. Para su fortuna se verá acogido por la aministía general de 1946 aunque por poco tiempo,de nuevo volverá a prisión, esta vez en Manchester, en el 1947, por ayudar a un intento de fuga de un miembro del IRA. En estos años de prisión comienza a fraguarse su vocación literaria, leerá mucho en las bibliotecas de los penales y empieza allí también a escribir, primero pequeñas historias, siempre alrededor de Dublín y sus leyendas urbanas. En 1952 es deportado a Francia, y allí comenzarán sus colaboraciones con Radio Telefis y para el Irish Press.
En este tiempo Behan comienza a plantearse desarrollar parte de su obra en gaélico, primero ensaya con versos, va aprendiendo los recursos de la lengua pero escribirá su primera obra de teatro todavía en inglés. Es en 1954 cuando se estrena “The Quare Fellow”[7] que será bien recibida en el Pike Theatre[8]. Behan tiene treinta años y ha pasado más de catorce entre cárceles, reformatorios y el exilio. De allí vuelve con los dos problemas que tiene que destruir su vida: la diabetes y el alcoholismo. Son los principios de los cincuenta sus primeros momentos de celebridad, y también donde aparece el binomio personaje escandaloso- hombre de letras que tendría que arrastrar a lo largo de su carrera. En su primer estreno en Londres ya despierta un gran revuelo crítico; la adaptación que se hará en el Joan Littlewood Theatre de Londres abre llagas que se creían ya cerradas pero su reputación crecerá principalmente por una entrevista absolutamente ebrio que emitirá la BBC. Desde ese momento su imagen vende, se convierte en un fenómeno mediático a la escala de la época, un tipo hilarante que representa a los ojos del espectador medio británico la imagen del “paddy” irlandés, vago, histriónico y borracho.
Sigue escribiendo artículos para el Irish Press y presenta “The Big House”, en 1957, con una repercusión discreta, pero que se ve inmediatamente acompañada por “An giall”[9], de 1958, que significará su total consagración como dramaturgo y durante un breve lapso de tiempo con el estereotipo que estaba creando. La obra se presenta inicialmente en gaélico[10] pero es rápidamente adaptada con el título de “The Hostage” por el Joan Littlewood Theatre. la obra tiene un eco internacional, se representa también en París y Nueva York con parecido éxito. “An giall” marca la cima dramática de la obra de Behan, es con seguridad su obra mayor y a la vez también señala el inicio de su declive. Estamos en 1958, Behan tiene apenas treinta y cinco años pero su salud comienza a resentirse por la combinación de alcoholismo y diabetes que arrastra desde hace quince años.
A partir de ese momento y hasta su muerte no escribirá ningún drama de interés y buena parte de su producción serán recopilaciones autobiográficas, breves relatos basados en anécdotas que muchas veces transcribe directamente de cintas que ha grabado previamente. De cierto interés serán “Borstal Boy”[11], del mismo 1958, “Brendan Behan´s New York”, de 1964, y “Confessions of an Irish Rebel”, publicado tras su muerte, ya en 1965. Los finales de los cincuenta y principios de los sesenta serán la época de las grandes borracheras con O´Nolan y Patrick Kavanagh[12], tardes de trágicas bufonadas en el Mc Daid´s o cualquier otra taberna de Dublín, las anécdotas chuscas se acumulan en el boca a boca de la ciudad y ello unido a la amplia batería de anécdotas que se acumulan en sus textos de la época acaban creando una visión unívoca y empobrecedora de Behan.
No sabemos si la intención del escritor era crear esta suerte de personaje fuera de los estrictamente literario pero el resultado es que ha pasado mayormente a la posteridad por su actitud pública provocativa y a menudo grotesca que por el peso de su obra literaria. Se recuerda con una sonrisa sus payasadas, sus excentricidades de borracho en cualquier bar, ensordece la voz del autor una suerte de biografía apócrifa, basada en los recuerdos de los que le conocieron y versiones libres que poco a poco se va desfigurando en el boca a boca. Se ha creado un verdadero “personaje”, novelesco y mítico, una historia oral alrededor de un autor literario moderno. Es cierto que hay un buen porcentaje de autores en los que pesa tanto su biografía como su propia producción –Rimbaud, Lautremont- hasta en algunos casos sólo existe la biografía- Alejandro Sawa[13]- pero en contadas ocasiones se convierte el autor en un personaje de novela, en un ente literario que incluso se puede adaptar como personaje de una ficción. La biografía de Behan tiende a convertirse en paradigma de ámbitos ajenos a la literatura, en leyenda. El vigor de su paraliteratura asociada de su ha ido quemando su corta producción literaria.
Esta dinámica mitificadora, el malditismo de su trayectoria, ha hecho que se olvide con frecuencia la visión más literaria y real de Behan. Era el dublinés un excelente conocedor de la literatura británica y francesa, y según todos los testimonios en su biblioteca personal se alineaban con extremo criterio lo mejor de la literatura contemporánea. Durante su exilio en París frecuentaba tertulias literarias en las que se daban cita Gide, Brecht o Beckett y era un verdadero adicto a las librerías de la Rive Gauche. Fue también patriota como pocos, quemó su vida por un ideal, siempre buscó Irlanda donde quiera que estuviera ( en París, en Nueva York, en Londres...) Fue Behan un romántico “sui generis”, siempre del lado del humilde y el perdedor, era una “rara avis” en un tiempo que ya se cultivaba el divinismo literario, más cercana al ideal de Michael Collins[14] que al tecnócrata pragmático que era “Dev”[15]
Pese a sus años de cárcel y lucha revolucionaria acabaría volviéndose muy escéptico sobre el uso de la violencia, relativiza las diferencias por las que antes había luchado[16] Sus últimos vaivenes vendrían tras apagarse el éxito de “The Hostage”, se sublima después su declive físico e intelectual, sus peleas con la crítica[17] se hacen habituales, contra sí mismo también lucha, arremete contra sus capacidades perdidas y un cerebro embotado por los excesos.
Quedará para siempre el autor colgado de su amplísimo anecdotario, quizás sea este el precio de una fama que probablemente no esté en consonancia con su peso literario. Para que un buen autor se transforme en celebridad tendrá que arrastrar un sambenito, ser idolatrado o denostado por una actitud vital, por una frase que le dedicó Morrison o una boutade en cierto pub del Inisfree. Quizá sea este también el precio que pagan los espíritus libres, los que se alejan de las aspas del igualador “establishment” literario. Puede que Behan se hubiera sentido satisfecho con el personaje divertido y excesivo que dejó en herencia pero sería necesario observar también el precio más dramático de esta biografía devoradora...
Brendan Francis Behan moriría el 20 de marzo de 1964 en Dublín por una cirrosis hepática agravada por su diabetes. Hay un carné de pintor con su foto expuesto en una de las vitrinas del Dublín Writers Museum. Tiene fecha de marzo de 1953. Tenía treinta años pero su rostro estaba ya abotargado, con la mirada brillante, rúbeo de sangre en sus mejillas. Aquello no era un juego. En medio de las risas y el tintineo de vasos se escondía el rostro amoratado de su tragedia.


Fernando Clemot ©2008

[19]
[1]Comentario de B.Behan citado en Libros que he leído de Antonio Ruiz Vega©
[2] Quizá solo se nos acude asociarlo biográficamente con el galés Dylan Thomas (1914-1953) personaje también de una gran vitalidad, cercano al ambiente tradicional celta. Es contemporáneo de Behan- apenas se llevan nueve años y el galés también murió rondando la cuarentena- y como él vivió de forma desordena y escandalosa. El alcoholismo marcó la trayectoria de ambos. Como icono literario-biográfico Thomas resulta más desabrido, nos enseña proporciona un estereotipo mucho más desgarrado que el del irlandés.
[3] Barrios obreros del extrarradio de Dublín
[4] Figura de un trabajador poturgués muy extendida desde su creación por el alfarero Bordalo Pinheiro en 1875. Generalmente aparece realizando un corte de mangas. Representa a la clase obrera portuguesa.
[5] Organización juvenil del Irish Republican Army
[6] Nombre que reciben la red de reformatorios británicos
[7] En español: “Un tipo singular”(1954) Narra la historia de un condenado que espera su inminente ejecución. Esta situación cambiará la vida de los otros presos, e incluso de los carceleros. Hay comedia y tragedia en sus líneas, lo humano y lo inhumano de la situación nos lleva a una feroz crítca de la pena capital.
[8] El Pike Theatre se había fundado el año anterior, en 1953, gracias a fondos de emigrantes irlandeses adinerados residentes en Estados Unidos
[9] En español: “El rehén”(1958) Es una tragicomedia que narra los hechos que siguen a la ejecución de un joven preso irlandés en un penal de Belfast. Como represalia el IRA decide capturar a un joven soldado británico, Leslie Williams. Surgirá una historia de amor entre él y Teresa, una joven irlandesa. Hay fuertes influencias del teatro de Bertold Brecht (1898-1956), principalmente de “La comedia de dos centavos” (1942) y del teatro con baile, canciones e interpelaciones directas al público que hacía también en ese tiempo ell Joan Littlewoods Theatre Workshop.
[10] La obra fue revisada y recomendada por el Gael Linn, la Academia de las Letras Irlandesas.
[11] En español: “El chico de Bostal” (1958): es un libro autobiográfico sobre los “Borstal”, o centros de detención juvenil, del Reino Unido. El escritor estuvo más de tres años en uno de ellos, entre 1939 y 1942, en Suffolk. Pese a lo dramático de la situación no es un drama, hay momentos risueños y de todo el relato se desprende que había una cierta empatía entre los chicos, por encima de la ideología, e incluso entre los guardianes y ellos. Utilizará Behan con extrema frecuencia el slang y el Cockney de los barrios bajos, circunstancia que da mayor vigor al relato.
[12] Patrick Kavanagh ( Inniskeen, 1905-Dublín, 1967) escritor irlandés. Destacan de su producción (“Ploughman and Other Verse Poems, 1936) y su novela “Tarry Flynn”, de 1949.
[13] Alejandro Sawa (Málaga, 1862- Madrid, 1909) Representante de la bohemia finisecular española. Vivió en París, y presumía de conocer a Verlaine. Escribió con poco éxito novelas a medio camino entre el naturalismo de Zola y el decadentismo hasta morir ciego y rodeado de miseria. Valle Inclán se fijó en él para crear el personaje de Max Estrella.
[14] Michael Collins (1890-1922) Líder militar de la independencia de Irlanda. Participó en el levantamiento de 1916 y tras el ingreso en prisión de todos los dirigentes del Sinn Féin dirigió las sangrientas acciones del Irish Republican Army durante los siguentes años. Firmó el polémico Tratado de Cesión en que se dividía Irlanda. Fue presidente del gobierno provisional del Estado Libre de Irlanda en 1922. Murió en un atentado en agosto de 1922, en el condado de Cork, a manos de sus opositores.
[15] Eamon de Valera (1883-1975) Político irlandés.Profesor de matemáticas, nacido en Nueva York de padre irlandés y madre española. Rebelde que ya participó en el levantamiento de 1916. En 1921 era presidente del Parlamento y lideró el bando contrario al tratado con Gran Bretaña que participó en la Guerra Civil. En 1923 firmaría una rendición incondicional y no sería hasta 1932 cuando se convierte en Presidente del Gobierno al mando del Fianna Fáil, partido de índole populista y con el que consiguió la neutralidad de Irlanda en la Segunda Guerra Mundial. Volverían a ser elegido Presidente en el bienio (1959-1973)
[16] “...it was not really the length of sentence that a worried me- for I had always believed that if a fellow wnt into the I.R.A. at all he should be prepared to throw the andel after the hatchet, die dog or shite the licence- but that I´d sooner be with my own comrades and countrymen any place else. It seemed a bit disloyal to me, that I should prefer to be with boys from English cities than with my own countrymen and comrades from Ireland’s hills and glens…” (B.Behan: “Borstal Boy” 1958)
[17] Critics are like eunuchs in a harem, they know how it´s done, they´ve seen it done every day, but they´re unable to do it themselves”




Artículo aparecido en la sección Educomanía de la revista Literaturas ( marzo de 2008)

ENTREVISTA A BASILIO LOSADA Y PILAR LÓPEZ BEDATE SOBRE GUIMARAES ROSA













ENTREVISTA BASILIO LOSADA Y PILAR LÓPEZ BEDATE.
CHARLA SOBRE GRANDE SERTÃO: VEREDAS de João Guimarães Rosa.
A cargo de Jordi Gol

Coincidiendo con la celebración del 50 aniversario de la publicación de Grande Sertão: Veredas y con el cuadragésimo aniversario de la magna traducción de
Ángel Crespo al español hemos tenido el privilegio de reunir a dos figuras de nivel: Basilio Losada, uno de los mayores experto de literatura en lengua portuguesa y Pilar López Bedate, escritora y viuda de Ángel Crespo. Ha sido una verdadera gozada poder compartir con ellos esta charla.

Basilio Losada : En relación a Grande Sertao he de decir que escribí hace muchos años una historia de la literatura brasileña que se publicó en fascículos en América del Sur y aquí que yo sepa no llegó nunca. Me llegaron unos cuantos fascículos de esta historia. En esta publicación, durante bastantes páginas está mi opinión sobre Guimaraes Rosa...

Pilar G.Bedate: De eso tenemos que hablar empieza tú mismo Basilio...

BL: ¿Está ya en marcha el aparato?

Jordi Gol: Lo está...

PGB: A mí me gustaría también hablar sobre cómo conocí personalmente a Guimaraes Rosa y la relación de Ángel y yo con él.

BL: Yo no lo conocí personalmente así que deberías empezar tú... Parece más interesante que sea así...

PGB: Pensaba que lo habías conocido.

BL: No es así...Él murió en 1967, más o menos el año en que yo entré en la universidad... No, yo entré en esta universidad en el 1958, bastante antes. Pero coincidieron sus últimos años con mis primeros años de actividad docente que no estaba siquiera orientada hacia Brasil. Fue una pequeña curiosidad cómo descubrí la literatura brasileña. Cierto día, en una librería de antiguo de la calle Aribau, vi un libro de un autor en aquel momento desconocido para mí. El autor era Jorge Amado y el libro se titulaba “Os velhos marineiros”. Lo leí fascinado. Aquella historia me encantó. Llevé ese libro luego a editores amigos y les decía: “Este es un gran libro”. Pero no había interés. No había obra de Jorge Amado en España. Aquí era imposible encontrar nada. Los editores me decían que con ese nombre no se venderá nada porque parece el nombre de un desconocido autor español que escribe su primera obra y todos lo rechazaron. Hasta que fui director literario de una editorial, la editorial Caralt, y entonces allí me di el gusto de traducir y publicar la obra de Jorge Amado. Esa fue mi primera aproximación a esta literatura. Luego con el paso de los años el autor de este libro fue un grande y generoso amigo mío.
Tras este primer contacto con la literatura brasileña de Guimaraes Rosa luego me llegaron noticias, anécdotas indirectas pero nunca llegué a conocerlo personalmente.

PGB: Yo tengo el recuerdo vivísimo de cuando nos conocimos Basilio y yo con Ángel, mi marido, que fue una comida en el Botafumeiro[1] en que nos presentaron. Cuando vio a Ángel dijo: “Cómo me alegro de conocerte porque tú eres el traductor de una novela que era prácticamente intraducible que era Gran Sertao: Veredas”

BL: Y desde entonces lo he repetido muchas veces. La actualidad de la literatura brasileña ha cambiado mucho como ha cambiado el Brasil. A mí me interesaba mucho la oralidad. Estudiaba la oralidad en la literatura gallega y yo había vivido un mundo de literatura oral en mi aldea. Allí nos reuníamos alrededor del fuego, niños y grandes y los mayores contaban historias. Estas historias eran los signos de identidad de la tribu para los niños. Esto tiene que ver con Grande Sertao. Por ejemplo mi tío, muerto ya hace tiempo, era un gran narrador y contaba la historia de dos niños que iban al colegio que estaba a seis kilómetros del lugar. Había que cruzar bosques y vieron en uno de ellos a un hombre que iba cargado con un haz de leña. Se burlaron de él y dijeron: “¡Viejo!” y se burlaron bastante de él. Entonces el viejo hizo un gesto con la mano y los dos niños se convirtieron en dos cerezos, los dos árboles que hay junto a un puente. Y entonces los niños cuando veíamos a un viejo cargado le decíamos: “Señor, ¿quiere que le ayude?” Era la mitificación de dos árboles, dos árboles a los que les dimos nombres de niños: uno se llamaba Genaro y el otro se llamaba Daniel y hablábamos con ellos. Al volver de la escuela les contábamos las perrerías que nos había hecho la maestro. Teníamos con ellos una relación de amistad pero lo que nos había transmitido aquella narración era lo que debía ser nuestra conducta con un hombre mayor. A partir de ahí me interesó la literatura brasileña por lo que tenía de oralidad. Eso era entonces, hoy en día su base ya no es la oralidad. Hoy en día hay formas literarias muy diversas. Por ejemplo Moacyr Scliar por ejemplo está revisando los viejos mitos del Judaísmo a través de la literatura. Lo que eran los mitos transmitidos por su familia de judíos ucranianos. Clarice Lispector, por su parte, hace un esfuerzo para entrar en el último rincón del alma femenina, probablemente como no lo ha hecho nadie en ninguna literatura... Luego vendría Guimaraes Rosa, pero yo no lo conocí, por eso es mejor que hable Pilar de esa experiencia

PGB: Yo había entrado en contacto con Guimaraes Rosa a través de la Revista de Cultura Brasileña y teníamos Ángel y yo una relación epistolar muy directa con él, ya que era gran amigo de Joao Cabral de Melo...

BL: Cabral de Melo era Cónsul aquí en Barcelona y sí que lo conocí...

PGB: Sí, y Cabral que fue junto a Ángel el creador de la Revista de Cultura Brasileña nos puso enseguida en contacto con él. Ángel tradujo entonces un cuento de Guimaraes que se llama “El caballo que bebía cerveza” que apareció en 1963 en un número de la revista. A Guimaraes le encantó aquella traducción y poco después, cuando se trató con la editorial Seix Barral de publicar Grande Sertao Guimaraes puso como condición que fuese Ángel quien lo tradujese. Ángel lo tradujo encantado, sabiendo también a lo que se enfrentaba, ese lío tremendo, aunque para él fue una experiencia muy gozosa, disfrutaba traduciendo aquella cosa tan endemoniada. Cuando lo estaba traduciendo, que tardó su tiempo, tuvimos una invitación para ir a Brasil que nos facilitó el propio Guimaraes porque nos pagó unas becas para que estuviésemos unos meses en el Brasil y conociésemos directamente la gente con que nos escribíamos y teníamos relación.
En ese viaje, que fue en 1965, una de las primeras cosas que hicimos fui ir a visitar a Itamaratí a Guimaraes Rosa, a conocerle directamente. Tengo un recuerdo imborrable: nos recibió un señor muy corpulento, solemne- Ángel decía que parecía un obispo o un mago- con un cariño indescriptible. Abrazó a Ángel con una efusividad enorme...

BL: Esa es la cordialidad brasileña; yo he gozado de ella muchas veces. Incluso ahora un escritor de Fortaleza va a sacar en septiembre una monumental biografía novelada del conde de Lautreámont, un señor encantador... La cordialidad es una de las virtudes de la vida social brasileña...

PGB: Sí, incluso a mí me cogió de las manos, me miraba a los ojos. Recuerdo que aquella primera vez nos preguntó: “Os senhores namoran?” porque entonces no estábamos casados. Fue una pregunta inmediata y Ángel contestó que sí. Se estableció una relación muy familiar, pidió café, hablaron de la traducción y antes de irnos nos dijo: “Deben conocer el Sertón. El Sertón de mi novela, el Sertón de Guimaraes Rosa” Era curioso porque él hablaba de él mismo en tercera persona y eso era posiblemente lo que le daba cierta semejanza con un obispo. Luego nos dijo:”Vuelvan enseguida, por favor” y ya cuando nos íbamos a despedir detiene a Ángel y le dice: “Vocé, acredita en el diablo" y Ángel le contestó: “As veces” y parece que entonces se le quitó un peso de encima y entonces le dijo que podía traducir todo lo que quisiera de él, sin pedir permiso, no me tiene que consultar.





BL: Es la presencia del Mal enfrentada al Bien que se encuentra en cualquier rincón de Gran Sertao. Si me preguntara si yo creo en el Diablo le diría una frase que le oí a mi padre, que murió cuando yo tenía 8 años. La anécdota es la siguiente: la primera vez que fui al colegio, un colegio de monjas, las profesoras me dijeron “irás al infierno”. Yo no sabía que era el infierno pero me lo explicaron con detalle. Al llegar a casa le pregunté a mi padre si existía el infierno y él me dijo que sí. Pero... ¿hay fuego? y él me dijo que sí pero que uno se acostumbraba a todo.

PGB: (Risas) Está muy bien lo que cuentas...

BL: O sea que al cabo de tres meses ya te arreglas. Un gran escritor gallego-argentino llamado Luis Seoane decía que el diablo es un buen muchacho pero que tiene mal carácter, que hay que saberlo tratar. Yo creo que la pregunta del escritor iba por ahí, yo no sé si Guimaraes Rosa creía en un diablo con rabo y cuernos.

PGB. En el Diablo creía, con cuernos o no, no lo sé pero creía...

BL: Una personificación del Mal es algo que podemos admitir todos, ahora el Diablo como personaje es una metáfora.

PGB: Quizá en la personificación no pero él creía. Por su vida, por una serie de cosas que le habían sucedido. Además también por una confidencia que nos hicieron las hijas de un filólogo amigo suyo, Miguel Prousel. Nos contaron que se reunían muchas noches Guimaraes Rosa y Prousel y hablaban durante horas del Diablo, hablaban y hablaban y acababan muertos de miedo e incluso se tenía que quedar a dormir en casa de Prousel porque no quería volver a casa y dormir solo.

BL: De esos terrores con habilidad profesional los escritores hilvanan grandes relatos. He conocido gran cantidad de escritores a los que aterrorizaba cualquier cosa, especialmente la muerte. Hay una ingente cantidad de obras literarias nacidas por la obsesión con la muerte. Yo miedo a la muerte no tuve hasta que llegué a viejo pero he de decir que ahora sí me persigue, me persigue de una manera muy especial. Por ejemplo: estoy vendiendo mi biblioteca, la estoy vendiendo por partes, y he vendido ya los primeros veinte mil volúmenes a la Xunta. Ahora voy a vender todo lo que tengo de libros de arte, unos diez mil, tengo que abandonar las cosas para salir de aquí ligero de equipaje. ¿Qué voy a hacer con treinta mil volúmenes cuando me muera? No me lo puedo llevar y menos al infierno... Me interesa lo del miedo al infierno, si...

PGB: Más que miedo al infierno creo que es el miedo al Mal, al Destino. Tú sabes la historia de cómo murió Guimaraes Rosa.

BL: Pues no, no la sé....

PGB: Cómo murió enlaza con el tema del destino, de la predestinación, de la posible acción del Diablo. Nosotros vivimos el asunto muy directamente, Ángel y yo, porque estando en Río fuimos a la Académia de la Lengua a la toma de posesión de un académico, algunos amigos nuestros, todos vestidos de académicos, con su birrete... Entre todos ellos estaba Guimaraes Rosa pero vestido de chaqué. Nos extrañó mucho esto. Estábamos cerca de Manuel Bandeira y Ángel le preguntó porqué Guimaraes no lleva el traje de académico y éste le dijo: “Mejor le preguntan a Jorge Amado que les explicará mejor” Al final no sé si fue Jorge Amado o quién pero nos contaron que desde joven Guimaraes estaba muy impresionado porque le había leído el destino una bahiana y le había profetizado que sería un escritor muy famoso pero que no entrase en la Academia Brasileña de las Letras porque si lo hacía moriría pronto. Y como se había cumplido la parte de escritor famoso estaba ahí, sin saber si entrar o no en la Academia, echándole un pulso a un destino que creía definido. Había aceptado ser académico pero no había tomado posesión. Era en año 1965. Dos años después nos fuimos a Puerto Rico, fue el mismo año en que apareció la traducción de Grande Sertao en español, y en un periódico de los domingos de Puerto Rico, “El mundo”, leímos que un académico había muerto tras tomar posesión en la academia. Ángel y yo nos miramos y los dos pensamos que era Guimaraes. Así fue. Es conocido. Por lo visto había muerto al día siguiente de tomar posesión.

BL: Parece increíble como un incidente biográfico, una actitud, puede reflejarse de forma extraña en la obra. Es el terror de Riobaldo que vive atormentado por su pacto con el Diablo. Muchas veces pueden funcionar los recuerdos, de hecho todo escritor tiene sus obsesiones. Hay misterios en la creación literaria, cuando aflora en mundo infantil, si conociéramos la infancia de algunos grandes escritores conoceríamos mucho mejor su obra...

PGB: Yo creo que en realidad la “gran literatura” es vida, nada más, vida transformada por el arte pero vida.

BL: El escritor muchas veces narra anhelos no realizados, se escribe para mostrar anhelos que él no ha podido realizar. Yo posiblemente odio escribir porque todos mis deseos los he realizado. (Risas) Pero volviendo a Gran Sertao pienso en Riobaldo aterrorizado por el pacto con el Diablo. Podría ser perfectamente el reflejo de una pesadilla infantil. Los niños tienen enormes pesadillas, yo de adulto no he tenido, pero de niño era horrible... Aquella mujer bahiana que le leyó la vida a Guimaraes...

PGB: Te puedo contar una anécdota en relación a las bahianas... Comentando luego con el Embajador lo que había sucedido nos contó que un chico de la embajada se había reído de las historias de las bahianas y les contó que le habían profetizado que moriría ahogado en una gran ciudad. Se reía y decía: “Mucho tendría que llover...” Bien, pues murió ahogado en Haití, en Puerto Príncipe, siendo muy joven, en una riada.

BL: La vida es un cúmulo de azares y de misterios... Hay circunstancias que rebosan nuestro pensamiento lógico. Se ha buscado una explicación racional al mundo de las brujas y es que el centeno produce un hongo llamado el cornezuelo del centeno que es un poderoso alucinógeno. Gente que comía pan de centeno sin refinar tenía grandes alucinaciones. En mi aldea íbamos a los campos de centeno a buscar el cornezuelo, lo comíamos y teníamos la sensación de que volábamos. Hasta que se enteró el maestro y ... La bruja nos provoca desasosiego, un hondo misterio. Ahí estaba la lectura de la mano. Él debía tener una tendencia por sus estudios al racionalismo pero a la vez tenía la deslumbración que produce el misterio. El misterio es siempre qué va a pasar luego: la muerte. Los cristianos deberían morir contentos pero no se conoce a nadie que haya muerto contento... Sigamos penetrando en el mundo de los sueños, de las obsesiones de Guimaraes Rosa.



PGB: Contaré un hecho curioso relacionado... Nosotros queríamos conocer el Sertón pero no teníamos demasiado dinero, no teníamos coche, las distancias allí son enormes. Íbamos peregrinando por las universidades que nos invitaban y así estuvimos en Belo Horizonte y después teníamos que ir a Brasilia. De Belo Horizonte a Brasilia decidimos ir en autobús y fue la ocasión de conocer al sertón ya que a mitad de viaje se estropeó el autobús. Allí tuvimos que esperar siete horas, en pleno sertón. Paseamos con unos japoneses, Ángel con una emoción casi mística, nos encontramos una casa de adobe, con una sertanelha, estuvimos hablando un buen rato con aquella señora. Nos invitó a comer. Nos explicó la historia de su familia. Ángel decía que aquella señora hablaba como Guimaraes, como Riobaldo, estaba fascinado... Todo tenía magia. Comimos pollo con harina y nos dio unas naranjas que peló con un machete. Fuimos a una taberna luego, muy humilde, nos ofrecieron cachaça con hierbas y en el curso de la conversación nos propusieron que nos quedáramos a trabajar en el sertón y Ángel casi convencido. Nos ofrecían que nos quedáramos de maestros para los niños y Ángel convencido que era el mejor lugar para quedarse a acabar de traducir Gran Sertón: Veredas. Luego se enfadó porque no le dejé y lo persuadí.

BL: Esa era la maravilla de Brasil. Es una pena porque esas cosas están cambiando muy rápidamente. Según viví y me contó un amigo viajar por Brasil en esas largas distancias puede dar origen a una novela genial. Esto era un profesor de Granada, casado con una brasileña, que tenía que ir a una ciudad de Gran Pessoa ¿?? No se si es un viaje de 3000 kilómetros. Lo que le ocurrió en ese viaje da para una novela. Resulta que en una de aquellas carreteras misteriosas la persona que tenía al lado murió, dio un respingo y quedó muerto. Él fue y habló con el conductor del autobús y le dijo que había muerto su compañero de asiento. El conductor le dijo que no podían parar ya que tenían que cruzar el río en una balsa y si no la cogían a cierta hora tenían que coger la balsa del día siguiente. Entonces tuvo que hacer ese viaje de horas con el muerto al lado... Me contó que sacó un periódico y de vez en cuando lo miraba. Cuando al fin la gente del autobús se dio cuenta que había un muerto obligaron al conductor a parar en un jardín. Recogieron infinidad de flores y se las pusieron al muerto. Empezaron a cantar, cantos funerarios yorubas y africanos. Entonces mi colega iba como deslumbrado e hipnotizado.... Esta es la maravilla, la grandeza de Brasil, de la literatura brasileña. A mis alumnos les he contado muchas historias mías en Brasil alucinantes y maravillosas... Pero sigamos con Guimaraes... Hablemos de ese horror ante al misterio. Hay gente que no es que se sienta cómoda, ni feliz, pero siente la profundidad del misterio.

PGB: Pero Guimaraes Rosa, con todo este horror o respeto, era una persona extremadamente optimista. Irradiaba energía, de ahí la comparación que le hizo Ángel con un mago o un obispo, un obispo bueno, claro... Tenía una fuerza casi mágica, un enorme poder de transmisión de la palabra, de crear magia de ella...

BL: Eso que comentas nos trae de nuevo a la memoria Grande Sertao, el enorme poder de transformación de la realidad que tiene la palabra, a menudo independientemente de la voluntad de quien está hablando. El poder de dar una profundidad a la realidad y en último término nos encontramos siempre con las preguntas eternas. Poder inmenso...

PGB: La palabra sirve para variar el curso de las acciones. En la vida de Guimaraes Rosa hay otra historia relacionada que quiero que sea la última que cuente ya que mis recuerdos de él están muy concentrados...Cuando llegamos a Brasil Guimaraes ya era una figura muy reconocida, se hablaba mucho de él como de una leyenda, corrían multitud de anécdotas sobre él. Una de las cosas que nos contaron, gente del mundo de las letras, era que Guimaraes, que era diplomático, tenía el título de Embajador de Fronteras. Había tenido este título porque le había ganado una guerra al Uruguay, en un contencioso de frontera, y por lo visto hablando lo consiguió. Estaban las tropas de los dos países dispuestas a un lado y otro de la frontera y Guimaraes estuvo más de siete horas hablando con el comandante uruguayo... Esta era una de las historias que corrían sobre él...

BL: Esto nos hace volver al inmenso poder de la palabra. En Grande Sertao, en un monólogo enorme, Riobaldo tiene como única obsesión despertar la atención del que le está escuchando. No dejarle intervenir pero mantener abierta su atención. Necesita Riobaldo un oyente, únicamente eso... Otra cosa muy interesante son los infinitos saberes que se transparentan en esta obra magna. Hay temas que nacen y desaparecen... Tiene unos conocimientos enormes de Botánica y Zoología, conocimientos de Teología, de simbología, de alquimia. El libro es una verdadera enciclopedia.

Jordi Gol: Como señala el profesor Uteza también está muy presente la filosofía oriental. Su ponencia en las Jornadas puso de manifiesto esta vertiente de la obra que por lo que se sabe está además señalada por el propio Guimaraes Rosa...

BL: Hay una sabiduría enciclopédica perfectamente adaptada a ese inmenso tapiz de vida que es Grande Sertao: Veredas. Es una descripción maravillosa de la vida del Brasil Interior. No hay material de acarreo, ni citas cogidas por los pelos. Hay un microcosmos que es reflejo de un macrocosmos: la presencia del misterio, del mal... Combatir el misterio del silencio con la palabra. Lo que Riobaldo no podría soportar sería tener que oír al otro. Hay una clave en la novela: él expulsa sus demonios interiores. Hay un monólogo más dirigido hacia él mismo que hacia el exterior... Grande Sertao plantea un problema en el que podemos entrar: ¿por qué una obra clave de la literatura occidental(a la altura de cualquiera, una obra digna de Proust, una de las cuatro o cinco obras más grandes del siglo XX...) no ha llegado a un público mayoritario?

PGB: El mundo de la difusión literaria es complicadísimo... Una contestación que se le puede ocurrir a alguien es que es un libro de difícil lectura pero también lo sería Proust, o Joyce y su Ulises...

BL: Yo creo que el problema es que la literatura brasileña es una literatura fuera de circuito. Es decir: se traduce cualquier obra mediocre publicada en inglés, alemán, francés... pero me he dado cuenta en mi faceta de editor que el portugués se coloca muy mal... Me pasó con Jorge Amado, me pasó hasta con Saramago. Fui a hablar con Pere Gimferrer que me comentó que sabía que era un gran escritor portugués pero que lo portugués no se vendía. Entonces me pregunto qué otros libros había escrito y yo le contesté que “El año de la muerte de Ricardo Reis” y entonces me dijo que Pessoa sí que vende: será mejor que publiquemos primero “El año de la muerte de Ricardo Reis” y si sale bien publicamos entonces “Memorial del convento”. Es una literatura que desdichadamente está fuera del circuito internacional...

PGB: Sigue pasando: hay dos o tres autores pero luego hay un enorme desconocimiento. Está Saramago, Lobo Antunes y el resto no aparece...

BL: A mí me ocurre que si voy a una universidad extranjera para hablar sobre literatura portuguesa y digo que quiero hablar sobre Cesáreo Verde me preguntan: ¿por qué no sobre Pessoa? Es como un agujero negro, toda la literatura portuguesa. En el caso de Guimaraes Rosa hay un problema adicional para su difusión: es muy difícilmente traducible. La traducción de Ángel Crespo es la mejor traducción que se puede imaginar junto con la traducción alemana que también está muy bien. El alemán es una lengua en la que se puede trabajar caóticamente y para Grande Sertao esta cualidad del alemán resulta muy beneficiosa. La oralidad del original pese a estas traducciones excelsas no se llega nunca a reproducir. En algunos autores ocurre que hay traducciones que pueden ser superiores al original pero en la oralidad no, la oralidad es intraducible. Yo he traducido mucho: más de ciento cincuenta libros y a mí me han traducido una novela que escribí porque tenía que pagar una multa con Hacienda. Por lo que ellos llamaban una evasión de impuestos... Un editor me propuso que si yo le escribía una novela en veinte días él me pagaba aquella multa. Luego fue traducida al portugués y al italiano. Son dos traducciones estupendas pero lo que ocurre es que mucho de lo que aparece allí son vivencias mías de forma directa o indirecta y cuando las leo en otra lengua las veo traducidas a conceptos. Esto es lo que hace que traducir buena poesía sea prácticamente imposible... Yo hablo por ejemplo de mi lengua, el gallego, que es una lengua inmensamente rica para su mundo, para el mundo rural y campesino pero inmensamente pobre para el mundo moderno, el mundo de la mecánica y la tecnología donde se han de coger del castellano. Por ejemplo mi abuelo, y esta es la esencia de la oralidad, está integrada en un mundo, en un paisaje... Ella nunca utilizó la palabra caminho ( camino), únicamente la utilizaba en frases hechas ( “ven de caminho”) pero cuando tenía que utilizar la palabra “caminho” yo tengo recogidas de ella diecinueve variantes de “caminho”. Por ejemplo “congostra”: que es un camino en que las tierras de labor están más altas. Por ejemplo “corredoira”: que es un camino por el que pueden pasar carros, canelha: un camino que no tiene salida... y así hasta diecinueve. En el mundo rural era muy importante distinguir entre una canelha y una corredoira pero en el moderno decimos camino y basta... Entonces cómo se puede traducir una frase de mi abuela...

PGB: Tendrías que poner una nota a pie de página...

BL: Si tratas de buscar un sinónimo en castellano ya se pierde el primer significado gallego. Las palabras son vivencias y una vez traducidas son conceptos. El lenguaje pierde entonces su contenido vivencias y hace parecer entonces a la traducción mala o insuficiente.

PGB: Es que la traducción literal no es posible, es un imposible. Hay una traducción global que es la posible y a la que se puede acceder.

BL: La traducción de Ángel Crespo es magnífica, sencillamente insuperable ya que Grande Sertao obligaba a un esfuerzo increíble. De todas formas sigo pensando que Grande Sertao si se puede ha de leerse en el original, sin duda, para no perder toda esa carga sutil que mueve la obra...

PGB: Ahí está lo tremendo de la traducción, por eso se dice que el traductor es un autor, un coautor de la obra.

BL: En el arte, si desconceptualizamos cada objeto se convierte en un gran misterio. Si el objeto no es lo que parece ser se convierte en un misterio... Como podría ser el Brasil filtrado por la sensibilidad de Guimaraes Rosa. Lo que podría ser para nosotros un bolígrafo si lo lanzas desde un avión en la selva de Borneo se convierte en un objeto misterioso. ¿Qué haría un habitante primitivo (que no inferior) de esas selvas? Probablemente morderlo para ver si era comestible. Luego intentar romperlo para ver si tenía sangre. Tras ver que no tenía sangre ni era comestible probablemente lo convertiría en un dios y si piensa que tiene un carácter negativo diría que ha encontrado un diablo. Desconceptualizando el objeto-bolígrafo se puede llegar al misterio. Este proceso es el secreto de la poesía. La poesía expresa sentimientos; cada sentimiento es individual, lo que es colectivo es el concepto. Si tratamos, por ejemplo, de decir a la viuda de un amigo lo que sentimos por la pérdida acabamos diciendo vaguedades como “lo siento, mucho” o “le acompaño en el sentimiento”. Es decir debo conceptualizar la alegría, la tristeza, el amor... Son sentimientos puros que no resisten la conceptualización y entonces cómo hacemos para desconceptualizarlo, pues mediante neologismos, destrucción de la sintaxis ( Góngora), desconstruir la sintaxis, poner el verbo al final... Hay lenguas que en ese sentido son perfectas para la poesía, como el alemán, porque hasta el final no sabes lo que dicen. Así está el famoso chiste: “Uno le dice a otro: Estoy leyendo un libro alemán que parece que es muy interesante. El otro lo contesta: ¿No lo sabes? Y el otro le dice: Es que he empezado a leerlo pero el verbo está en el segundo tomo”

[1] Conocido restaurante de Barcelona situado en el barrio de Gracia.
Entrevista publicad en la revista Paralelo Sur ( Núm. 6. Barcelona, abril de 2008)

ENTREVISTA A SANTIAGO RONCAGLIOLO




ENTREVISTA A SANTIAGO RONCAGLIOLO

Intervienen: Francisco Javier Cubero, Mercedes Serna, Luis Miguel Hermoza y Fernando Clemot.

Texto y fotos: Luis Miguel Hermoza y Fernando Clemot


Nos encontramos con Santiago Roncagliolo a escasos metros de la Sagrada Familia. Desde hace unos meses es este su escenario diario, un decorado muy alejado del Ayacucho de su última novela, Abril rojo, un éxito editorial, un thriller que engancha al lector de inmediato en una atmósfera con olor a sangre mostrada por un personaje casi cómico: el fiscal de distrito Félix Chacaltana.
Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) es el ganador más joven del Premio Alfaguara y también autor de las novelas El príncipe de los caimanes (Planeta, 2002), Pudor (Alfaguara, 2005) y el libro de cuentos Crecer es un oficio triste (El Cobre, 2003). Con Abril rojo Santiago Roncagliolo profundiza en un terreno abonado por el terror y el espectro de la muerte.
Transcribimos casi íntegra una entrevista anómala, coral, una conversación a cinco voces en la que tratamos que el autor nos desvelara las claves más profundas de su obra, de Perú y su literatura, del mundo que en ella se reconstruye.



Fernando Clemot: El reconocimiento de la crítica y del público ha llegado de golpe, en apenas unos meses. ¿Es difícil lidiar con la fama cuando acude de forma tan repentina?

Es extraño hablar sobre esto. Está muy reciente; mi vida ha cambiado mucho y de forma rápida y ahora hay momentos preciosos pero también agotadores. Lo que más me ha gustado es que en América Latina el libro haya podido llegar a todas las clases sociales y a todo tipo de gente ya que la literatura suele ser a menudo elitista y a mí me interesa una literatura que si no la lees no sea porque no puedes sino porque no quieres. Trato que mi obra tenga mucho que ver con la cultura popular, con el cine, con la televisión. Me interesa que la prosa sea clara, transparente aunque sin perder profundidad. Esta es mi idea. El hecho que la novela llegase a sectores distintos en América Latina creo que ha sido lo más emocionante de este proceso. En cuanto a la crítica fue una sorpresa la buena acogida que tuvo “Abril rojo” ya que esto es precisamente lo que a menudo no gusta a la crítica que a menudo aprecia un estilo más inaccesible, más cerrado. Yo vengo de trabajar en el cine, en la televisión, en la política y por eso trato de disfrutar esta año pero también tener la conciencia que puede volver a irme mal, porque ya me fue mal, durante unos cuantos años aquí en España no funcionaron bien las cosas y trato de no olvidarlo.

F.C: Mucha gente asocia a Chacaltana con Pantaleón Pantoja de “Pantaleón y las visitadoras”, su carácter inicial algo pacato y su evolución durante la novela…

Sí, es una pregunta que me han hecho muchas veces. Sin duda la obra de Vargas Llosa nos ha influido a todos los novelistas de mi generación, de la generación anterior, sin duda es una comparación inmerecida ya que se me compara con un escritor a escala mundial pero en cuanto a lo de Chacaltana creo que hay claras diferencias entre los dos personajes, para asociarlos se ha acudido a lo anecdótico. Parece que este parecido es un estigma con el que debe quedar esta novela. Parece que a veces para seguir creando tengamos que eliminar lo anterior, que no se nos pueda juzgar sin compararnos. Es igual que lo que se dice que el hijo para reafirmarse debe matar al padre. Algo se que podría aplicar en este caso, sin ir al pie de la letra, claro...


Mercedes Serna: A mí me ha llamado principalmente la atención la ausencia de ternura. Hay cierta equidistancia en el texto que me ha sorprendido como lectora...

Me temo que mi sentido de la ternura es un poco negro. (risas). Yo sí siento ternura por Chacaltana. A mí sí me despierta ternura Chacaltana y su desconcierto antes ese universo… Pero quizá yo también soy una persona a la que se le hace muy difícil tratar de expresar algún tipo de emoción que produzca ternura y quizás eso, esa nota personal mía, se ha pasado al personaje, porque…porque lo peor yo sí creo que es tierno. (risas) …Creo que mi sentido de la ternura es totalmente enfermo. (más risas).

M.S.: Tal vez el problema lo tengo yo…

Espero que sí…

M.S.: Espero que no… (Risas)

Mi sentido del humor es un poco enfermo. Sí me he dado cuenta. Por ejemplo, los latinoamericanos solemos tener un sentido del humor muy negro más que los europeos porque es un mecanismo de defensa. Cuando todo está funcionando mal tratamos de reírnos para no volvernos locos. Y creo que posiblemente mi sentido de la ternura ha ido por el mismo camino… Se ha mezclado con el humor negro. Quería una descripción de la violencia muy fría. Creo que también me acostumbré a verla así porque cuando yo estaba en derechos humanos mi contacto con la violencia fue así, eran informes sobre violaciones masivas en las cárceles y yo tenía que corregir los acentos y las comas o tenía que ir con unos y hablar con otros y mediar, intentar de ser muy frío porque si tus emociones te controlan en esas situaciones no puedes hacer tu trabajo, tu trabajo te pone en contacto con la violencia. Necesitas tratar de mantener la frialdad y me interesaba esa descripción igual, con esa fluidez…

M.S.: Y el lenguaje de la obra ayuda a esa frialdad, lo cual está muy bien porque tú coges un lenguaje muy distanciado, el lenguaje de los legajos, en ese sentido también ayuda a crear esa violencia, el lenguaje de esa violencia.

Sí, me gustaba la idea de jugar con el lenguaje del Fiscal. Los informes del Fiscal que son un poco el lenguaje del orden, pero este orden tan almibarado que ya no dice nada y las cartas del psicópata que son el lenguaje del caos de alguna manera, del desorden y esta cosa brutal y sangrienta, pero ambos están enfrentados a realidades muy terribles. Creo que ambos las ven con frialdad también porque ellos, y quizá yo también, se protegen así de esta violencia...

M.S.: Por lo que han vivido también. Cuentas de hecho de Chacaltana lo de sus padres, el incendio, cuentas de hecho por qué es así. Tuvo que matar al padre quemándolo porque maltrataba a la madre. Estás explicando, un poco, la raíz del mal…

De hecho el umbral de tolerancia de una sociedad como la peruana con respecto a la violencia es mucho mayor que en una que no ha vivido la violencia porque encontramos circunstancias bestiales todos los días en el periódico y acabas perdiendo la sensibilidad al respecto y ya no te impacta que mueran diez o quince personas con una bomba o en una masacre y… En fin, creo que eso ha hecho a cualquier persona de mi generación muy fría respecto a la violencia.

M.S.: Eso es lo que encuentro, es muy fría su violencia... Por ejemplo en Fernando Vallejo se describen también atrocidades, tú lo sabes, en Colombia...Pero hay momentos de ternura que lloras… esto no la hace ni mejor ni peor, insisto, sólo que me ha sorprendido.

Es algo que a mí me interesa mucho. En Villoro hay algo similar que era la descripción muy fría de la intimidad ya no de la violencia, de los pequeños detalles sexuales, las cosas que hace una pareja en la cama, una mujer frente al espejo y generalmente cuando hablamos de esas cosas dejamos un montón de silencios, hay cosas que damos por sobre entendidas, y sí, parte de lo que me interesa es hacer que el lenguaje pinche, que esté allí molestando y que la lectura de “Pudor” y “Abril Rojo” te parezcan en algún momento incómodas, en le caso de Pudor por la intromisión en la intimidad que representan y en el caso de “Abril Rojo” por la frialdad en la descripción de la violencia. Eso me atrae como trabajo con el lenguaje, describir circunstancias de las que normalmente no hablamos o hablamos con eufemismos y yo quiero describirlas con todas sus letras, con detalle. Trabajé con un médico forense que revisó el texto y fuimos viendo los detalles de los cadáveres… Por cierto, estaban muy bien mis cadáveres. (risas).

F.C.: No hubo que corregir demasiado ahí... (risas)

No, pero todavía tiendo a confundir el riñón con el hígado. No sé muy bien en qué lado está cada uno y a veces perforo uno queriendo perforar el otro… (risas). Hubo una hemorragia de vaso que tampoco tenía prevista… En general todas las cosas digestivas son bien complicadas. (se ríe). Hay mucha cosa ahí dentro… y sí me interesaba tener a este tipo que me dijese qué cosa debía tener en cada sitio…

F.C.: Hablemos un poco de Perú, de su literatura... En mitad de toda esta acción, en la novela encontramos también alguna referencia a la literatura peruana...

En lo que respecta a literatura peruana hay un eje que incluso esta dado por el personaje del fiscal Chacaltana. A Chacaltana le gusta mucho un poeta peruano que es José Santos Chocano que es un poeta horrible patriotero, rimbombante, pomposo, no sé si los españoles tienen equilavente porque es un poeta que viene del Modernismo … Santos Chocano es un horror pero es el poeta probablemente más conocido del Perú porque es el típico poeta que los niños declaman en los colegios el Día de la Patria o similares…

M.S.: ¿Más que Vallejo?

Vallejo es muy complicado. Ponle a un niño a Vallejo y no entiende nada… Qué vas a ponerle “España, aparta de mí este cáliz”… No entiende, en cambio, “Soy el cantor de América autóctono y salvaje…” esas cosas se entienden. Pero ese poeta así, pomposo y horrendo, realmente es el primero que habló del Perú: él inaugura Perú para la literatura porque antes no era un tema siquiera… Inaugura este Perú heroico y épico en donde la sangre española y la andina se funden en una cascada de apasionado heroísmo…Ese Perú nunca existió: él habla del Perú como una mezcla de sangres y de talantes milenarios orgullosos de fundirse con el otro pero esos dos talantes estuvieron siempre en guerra y siguen en guerra… Ya no son los españoles pero somos los costeños, los blancos, los descendientes más directos de los españoles. Y ese Perú a lo largo del siglo XX se dividió también literariamente en los dos lados de esa trinchera. De un lado está Vargas Llosa, con una narrativa urbana, con muchos más vínculos con la narrativa norteamericana y europea, realista, con una teoría que habla como la literatura como un fin en sí misma y del otro lado está Arguedas, con una teorías de la literatura como una herramienta política, rural, documentalista, interesada en trasmitir las verdaderas vivencias de las gentes de la que quería hablar... Durante todo el siglo y hasta ahora la discusión de la literatura peruana es esa: los andinos contra los criollos y constantemente están viendo cuál de los dos debería ser el escritor del Perú. Yo, tal vez por una cuestión generacional ya he entendido que el Perú es no la mezcla heroica entre ambos campos sino la constante lucha entre ambos … y eso es. Esa cuestión no tiene solución, en el sentido en que no va a haber un ganador. Vamos a vivir juntos nos guste o no…

M.S.: ¿Por qué crees que eso ha pasado en Perú y no en México?

En México hubo una revolución, que tendría sus muchos defectos y sus muchos errores, pero hubo una guerra y alguien la ganó. Los ricos en México son muy nacionalistas, populacheros. Los ricos en Perú quieren vivir en Miami y muchos viven en Miami de hecho. El abismo entre las clases sociales es también cultural. México siempre patrocinó la cultura y fue considerada cultura revolucionaria. Sin embargo, lo que ha sucedido recientemente en México con las elecciones es una muestra también de dos países divididos, ellos han seguido otro curso pero han vuelto a encontrarse… en toda América Latina, es una región muy desigual y enfrentada. Si vas a Venezuela la gente está a favor o en contra de Chávez. Se divorcian parejas y se destruyen familias y no hay término medio. Esa guerra de un modo u otro se ha reproducido en toda América Latina y ha tenido sus manifestaciones literarias. Se siguen peleando de un modo absurdo, incluso, pero forma parte de la cultura literaria de la que todos hemos mamado…

Fco. Javier Cubero: Yo, de todas formas, no quiero hablar mucho porque estoy empezando la novela, entonces, como no me la he leído, ¿cómo voy a hablar? Pero bueno... volviendo al tema de la ternura y de la frialdad, yo de momento no la encuentro tan fría…

Es que hay un cambio, una progresión, empieza con humor pero…

F.J.C.: …Pero al principio sí hay ternura… Hay ternura del autor hacia el personaje…

Yo también lo creo. Él evoluciona.

F.J.C.: Y el personaje se plantea entre ausencias, que es una ternura velada. Y esa figura de la madre, que tiene una presencia tremenda…

M.S.: Perdona, lo de la madre es una enfermedad…

Sí, está loco. Pero los locos pueden ser muy tiernos.

M.S.: Si eres novia de Chacaltana, te mueres de miedo, te vas… No se puede hacer el amor, porque tiene la foto de su madre allí.

(Risas)

Hay dos polos es esta novela y también los había en “Pudor”, la anterior, tienen que ver con las leyes que la sociedad te pone y tus necesidades individuales. Yo creo que siempre vivimos en el debate entre lo que tenemos que hacer y lo que deseamos hacer. El que deja que las normas sociales aplasten cualquier tipo de individualidad es un perdedor, un tipo apocado, mediocre, como es Chacaltana al principio. El que se carga todas esas normas sociales es un psicópata y pone sus apetitos por encima de ella. Yo creo que todos oscilamos entre ambos extremos y son los dos extremos con los que a mí me gusta jugar. Inexplicablemente los dos me inspiran cierta ternura, los dos me parecen esclavos de distintas apetencia que no saben cómo manejar. No sé si confundo ternura con compasión.

Luis Miguel Hermoza: Cambiando de tema, ¿por qué escribir sobre violencia política en el Perú?

Porque era el tema que me interesaba y porque yo empezaba a observar el mismo tipo de violencia terrorista y las mismas reacciones militares para atacarla que son ahora un tema mundial....Es decir, súbitamente empezaba a ver como en Afghanistán o en Bagdad se empezaban a cometer los mismos errores que se cometieron en Perú y se empezaba a producir lo que se produjo en Perú que hizo que se multiplicara la cantidad de terroristas... La violencia es siempre una mala estrategia y creo que lo que se empezó a montar con la guerra, también ya con ETA después del 11-M, por ejemplo, es una buena prueba. Yo vivía en Madrid cuando sucedió aquello y tuve la sensación que era algo que ya conocía. Volví a ver cosas que creía olvidadas y que me habría gustado olvidar pero que me devolvieron las sensaciones de una violencia que yo conocía de cerca... Para poder hablar de ellas también me debía remitir a un escenario… No podía escribir una novela que ocurra en Bagdad, porque en Bagdad nunca he estado, y sí puedo escribir una que ocurra en Perú que conozco mejor.

L.M.H.: Has mencionado alguna vez A “Abril rojo” como si se tratara de un exorcismo histórico…

Creo que las sociedades se toman su tiempo para entender lo que les pasa. En España, está bien claro; durante cuarenta años toda la literatura y los libros contaban la Guerra Civil desde un lado. Los últimos treinta los han contado todos desde el otro. Ahora empiezan a aparecer libros revisionistas como los de Vidal, que eran impensables hace diez años en España, pero también empiezan a aparecer libros como “Enterrar a los muertos” de Martínez de Pisón o como el de Cercas que tratan de crear una estampa de la violencia que ha vivido un país más matizada, sin malos y sin buenos, más compleja y que permite entender mejor lo que ocurrió. El proceso del Perú está siendo más rápido que el de España, en la medida en que yo he sentido hacia esta novela cierta demanda por una versión más razonable de lo que ocurrió... Pero también toma su tiempo y aún hay poco, hay poco escrito sobre lo que vivió Perú. Fuera ni se sabe lo que pasó y en Perú había gente que me decía: “otra novela sobre este tema… ¿Por qué otra novela sobre este tema?”… Pero si sólo tenemos seis: tenemos una de Vargas Llosa, una de Cueto, una de Nieto Degregori, una de Conchado, alguna de Miguel Gutiérrez que más o menos lo toca y algún otro habrá... No es nada y sin embargo hay una resistencia de ciertos sectores a mirar...Consideran que se habla demasiado, que seis novelas es un montón para hablar de lo que ha sido el proceso más sangriento de lo que ha sido nuestra historia republicana y el movimiento violento más asesino de toda la historia americana. Creo que ir escribiendo sobre eso de todos los puntos de vista va completando una especie de retrato de lo ocurrido desde distintos puntos de vista que nos permite comprenderlo, y comprenderlo es también comprender quiénes somos, qué hicimos, qué estamos dispuestos a hacer... Es saludable para un país y es saludable una terapia a la que vas y sueltas lo que sabes y hablas de las cosas que te preocupan y al hacerlo las conviertes en algo concreto y las puedes manejar mejor. El proceso psicoanalítico para una persona y el proceso literario para un país son formas de exorcismo de los demonios que se llevan dentro y que necesitas sacar para poder controlar.

L.M.H.: ¿Crees que el Perú está preparado para mirar su pasado cercano? ¿Cuáles son las primeras materias que debe superar la sociedad peruana?

Creo que está más preparado de lo que pensaba. El interés por la novela lo demuestra; pensé que iba a ser mucho más criticada desde un punto de vista político pero ha habido mucho interés por tener un retrato más completo de lo que ocurrió. Primero hay que superar el miedo y este existe todavía. El miedo siempre es algo que te impide ver y que produce reacciones más viscerales y produce violencia por eso. Yo hablé de la novela con policías, con militares, con terroristas…

L.M.H: ¿Creo que Abimael Guzmán la leyó?

Sí, Abimael Guzmán la leyó. Y todos curiosamente solían tener el mismo comentario, de un lado y del otro, todos consideraban que ellos habían sido bien retratados, que había sido retratados con justicia, pero no entendían por qué también el otro que esos sí que eran unos asesinos… Guzmán dijo, no me lo dijo a mí porque no lo he podido ver, pero a otros dirigentes con los que pude hablar, que sí, que estaba bien la novela que él agradecía que no los insultase, pero que había que definirse, que era muy neutral, que había que tomar posición, que parecía la novela de un tibio... Son actores, ¿no?... Pero llega un punto en que todos quieren dar su versión y creo que estamos en este punto. Soy partidario de escuchar todas las versiones, incluso de la gente que nos parece repugnante, precisamente porque me parece muy difícil que nos convenzan de repetirlo, pero me parece importante que nos expliquen qué pasó y qué hicieron y porqué lo hicieron,

M.S.: Y tú crees en el relativismo de esta historia. Yo quiero saber tú opinión, no la del libro.

No soy relativista pero sí soy muy escéptico. No creo a la gente que trata de defender grandes ideales después de lo que vi en Perú. Creo que cuando tú haces algo en busca de un beneficio político, de la independencia, de la igualdad, de tus demandas negociables, entonces se puede hablar... Sin embargo cuando tú haces las cosas en nombre del Bien, de Dios, de la Justicia y de valores abstractos no hay ninguna negociación posible, como tampoco hay ningún límite para lo que quieras hacer porque esos son valores absolutos. No creo que todo sea defendible, pero creo que todo debe defenderse y ser discutido y no creo que haya ninguna razón, en ningún caso y en ninguna circunstancia, que autorice a su dueño a matar a los demás, ninguna circunstancia abstracta, por lo menos.

L.M.H.: Además del contexto en que se desenvuelve la novela “Abril Rojo”, cabe destacar el enfrentamiento entre una ley maniatada, encarnada en el personaje del fiscal Chacaltana contra un asesino en serie. Has mencionado también en anteriores ocasiones tu inclinación por los psicópatas y perdedores, ¿por qué ese gusto por estos personajes?

Bueno, como explicaba anteriormente, los perdedores y los psicópatas son los dos extremos que median entre nuestros apetitos personales y las convenciones sociales que debemos obedecer. De alguna manera con el choque entre nuestros apetitos y nuestros deberes, entre nuestra intimidad y nuestra adaptabilidad, nuestra capacidad de formar parte de una sociedad, y creo que para mí ése siempre ha sido un tema importante… Quizá porque yo he cambiado mucho… incluso de país o de trabajo o de circunstancias siempre he estado adaptándome a nuevas normas sociales, nuevas normas de cómo vivir y convivir. Quizá soy especialmente sensible a ese tema por una cuestión de vivencias personales.

L.M.H.: Sin embargo, Chacaltana, terminará transformándose, convirtiéndose en un violador, en un asesino. ¿Es necesario, entonces, si Chacaltana representa a la Justicia peruana, que la Justicia y el sistema de derecho se adecuen, cambien, para poder enfrentar a un enemigo así?

No lo sé. No me gustaría extraer lecciones de lo que escribo. No me gustaría decir “hay que hacer estoy”, de hecho creo que un gran error de los intelectuales del siglo XX ha sido tratar de decirle al mundo cómo debería actuar y defender atrocidades porque son las atrocidades de tu bando. Pero creo que el proceso que vive Chacaltana es un proceso de pérdida de la inocencia. Tú vives en un mundo y crees que las cosas están bien y obedeces unas normas porque crees que esas normas son las que obedecen la gente decente y que mientras te mantengas apegado a ellas actuarás correctamente. Lo que le pasa a Chacaltana es que va descubriendo que haciendo lo que puede por ser bueno, obedeciendo todas las normas que debe obedecer llega un momento en que ya no sabe distinguir a los suyos de los opuestos, a los propios de los enemigos, y que los más viles y siniestros que desobedecen sus leyes no son ni mejores ni peores que los que las obedecen. Creo que esta es la clave de cómo él enloquece: él pierde el referente de lo que tendría que ser la normalidad, la moralidad, el Bien, y creo que lo que consideramos un psicópata es precisamente alguien que ha perdido ese horizonte, alguien que ha perdido la capacidad de distinguir entre el Bien y el Mal.

F.C.: ¿Hablamos de literatura peruana para acabar?

M.S.: Sí, pobre, debe estar agotado…

No, no, está entretenida la charla…

F.C.: Lo estamos torturando… (ríe)

L.M.H.: ¿Cómo vez el panorama literario actual? ¿De qué crees que goza y sufre?…

Creo que la literatura peruana ha tenido un buen par de años. Después de estar muchos años el propio premio Alfaguara, el Herralde que ganó Alonso Cueto, incluso Baily con su última novela, le han dado una visibilidad que no tenía y que revela especialmente la variedad que tiene. Creo que únicamente una sociedad como la peruana habría podido producir tres seres humanos y autores tan distintos como Cueto, Baily y yo... y otros muchos. Creo que en esa variedad esta su gran riqueza. La literatura peruana parece hecha desde muchos países. Las diferencias entre Iván Thays, Sumalavia, Sergio Galarza, Javier Ponce, por mencionar a los más jóvenes, los que están cerca de mí, muestra diferencias entre nosotros tan marcadas como las diferencias que podrían haber entre autores de diferentes países. Creo que no somos capaces de ver eso como algo interesante y rico, creo que generalmente la enfocamos como una pelea. Habría de escoger entre hacer la literatura de uno o de otro, y no tiene mucho sentido. No soy de la idea de que la literatura deba ser de algún modo, creo que la literatura es precisamente esa variedad, esa diversidad de voces y que es mejor un país que funciona así que un país en que todo el mundo escribe igual.

L.M.H.: Las nuevas editoriales jóvenes surgidas en este siglo están dando algo de frescura y vitalidad al horizonte literario peruano. Tú no pudiste disfrutar de ellas debido a su juventud de éstas y a que, cuando partiste del Perú, dichos sellos se están gestando aún o si ya habían nacido eran casi primerizos. Sin embargo supongo que tuviste la oportunidad de conocerlas en esta última Feria del Libro de Lima a la que asististe. ¿Qué opinión te merecen?

Matalamanga y Estruendomudo me parecen dos proyectos geniales… Incluso he publicado algo con Sarita Cartonera que publican libros pequeños con papel reciclado, y además es un proyecto social, ponen a la gente a trabajar con lo cual se beneficia a sectores muy empobrecidos y a la vez permiten que circule la cultura. Es un proyecto que forma parte de un proyecto mayor, esto empezó en Argentina, ahora hay una versión en Bolivia, y los autores vamos circulando también en estos pequeñísimos proyectos editoriales. Matalamanga y Estruendomudo, Solar...me parecen muy interesantes porque… por ejemplo, el problema en Perú es que es muy difícil que las editoriales grandes publiquen autores nuevos, no solamente porque es muy difícil que los publiquen en todas partes, sino porque, además, mucho del dinero de los que sí venden, se va en la piratería, lo que no les permite reinvertir en autores nuevos, y el volumen de lo que se edita es muy poco. Matalamanga, Estruendomudo, Solar... son editoriales a medida de las nuevas voces que están apareciendo y permite que esas voces se publiquen sin las exigencias mercantiles de una editorial más grande. El problema que había cuando yo dejé Perú hace seis años es que no existían estas editoriales ysi te rechazaban, como me rechazaron las tres que habían, se acabaron tus posibilidades y no había más remedio que decidir entre olvidarlo o emigrar. Creo que estas nuevas editoriales precisamente dan un espacio a voces y contribuyen a que se vaya formando un medio literario, una escena literaria que es la base en realidad que hace en todo país que la literatura funcione, circule y se lea.

L.M.H.: ¿Aconsejas a los jóvenes escritores venir a España?…

No... (ríe)

L.M.H.: …Seguro que lo intuyes, pero tu experiencia de vida ya lo aconseja.

Ahora estoy muy contento. Puedo decir que todo valió la pena y estoy feliz pero los primeros cuatro años fueron muy difíciles. No solamente fueron muy difíciles, sino que yo en Perú vivía muy bien, y te preguntas aquí que no llegas a fin de mes, que no tienes papeles, que no tienes trabajo por qué no te quedaste en Perú donde eras un periodista y más o menos tenías una vida, habiendo además editoriales nuevas en Perú publicando. Ya no se trata en optar entre publicar o no publicar, al contrario, creo que como funcionan las cosas ahora, los libros circulan con mucha más facilidad, con mucha más fluidez entre los países, las agencias literarias circulan y representan el trabajo de autores aunque no estén físicamente en los países que tienen los mercados grandes, así que no es necesario estar físicamente en España. Lo que sí fue importante para mí fue la experiencia vital, una distancia incluso respecto Perú, una cantidad de experiencias que te hacen mejor como escritor. Un escritor tiene que vivir cosas y ver cosas distintas. No creo que puedas ir muy lejos encerrado en tu oficina. Conocer gente, cambiar de escenario, es algo que aumentará el caudal de experiencias que luego proyectarás en tu literatura.

L.M.H.: Para concluir, ¿cree que hay más editoriales españolas dispuestas con a mirar a Latinoamérica y con deseo de fichar nuevos valores? ¿Por qué? Es decir, ¿por qué ahora y no antes? ¿O crees que siempre fue así?

No, yo creo que durante los noventa era muy difícil encontrar literatura latinoamericana que no fuese ya consagrada en España, sobre todo porque el boom latinoamericano marcó una manera de ser leído desde fuera y una demanda hacia cierto tipo de literatura y hacia dentro, hacia Latinoamérica, marcó también una actitud de cuál era la litertura que se debía escribir. Como nadie puede seguir haciendo lo mismo que hacen los grandes maestros durante décadas hubo un gran vacío de propuestas, porque mucha gente dentro de América Latina estaba tratando de escribir como el boom, porque mucha gente fuera de América Latina estaba buscando algo como el boom, y era algo que no existía. Yo tengo la impresión de que buena parte de la literatura que empezó en los noventa, Fuget, Volpi, Fresan, mis hermanos mayores de alguna manera, arrancaron explícitamente de un anti-boom y eso más bien obstruyó su lectura fuera porque el mundo que representaban era tan pop, tan internacional, tan cosmopolita que no representaba algo necesariamente consumible... Pero, ahora, con los años, creo que ellos y los que hemos venido después hemos llegado a un punto en el que no escribimos ni a favor ni en contra del boom, escribimos y consideramos al boom como parte de las cosas que nos han alimentado. Considero también a los escritores de los noventa como otra parte de las cosas que me han alimentado y eso ha normalizado la producción literaria de América Latina. Al mismo tiempo España tuvo tan pocos autores latinoamericanos y tal volumen de producción de libros durante los años noventa que llegó un momento en que se agotaron... Necesitaron otras voces para mantener ese nivel de producción de libros y lo más directo es buscarlo entre los que escriben el mismo idioma, en América Latina, por lo que hay un nuevo interés y demanda de autores del otro lado del charco… Y que también nos movemos mucho de un lado a otro. Aquí en Barcelona vivimos muchos. Está Vásquez, está Fresán, Villoro estaba y a veces está... También hay una relación mucho más fluida entre ambos lados del “charco” y eso también hace que allí haya más autores españoles y aquí más autores latinoamericanos.

Entrevista publicada en el número 4 de la revista Paralelo Sur ( Barcelona, octubre de 2006)


ENTREVISTA A MERCEDES CEBRIÁN




ENTREVISTA A MERCEDES CEBRIÁN
Por Fernando Clemot

Mercedes Cebrián (Madrid, 1971) ilustra uno de los escasos de un escritor que compagina con solvencia y éxito la narrativa y de la poesía. Tras un exitoso paso por el mundo de los premios literarios, Mercedes despertó la atención de uno de los mejores editores del país, Constantino Bértolo, que la incluyó en Caballo de Troya primero con su libro ( El malestar al alcance de todos, 2004) y posteriormente su poemario Mercado Común ( Caballo de Troya, 2006)
A Mercedes también le apasiona la música ( toca el clavecín) y le gusta hablar muy claro.



- Una pregunta rarilla para comenzar...Tenemos curiosidad en conocer como fue tu protohistoria literaria. Cuándo empezaste a escribir, las lecturas de juventud, cuándo te empiezas a plantear la literatura como una vocación irrenunciable...


El colegio es un lugar donde puedes ir viendo qué te gusta y qué no te gusta. Yo escribía redacciones y poemas a cambio de insectarios, herbarios y circuitos eléctricos que otra gente hacía para mí. En general, el lenguaje siempre me ha dado satisfacciones y me ha servido como lugar intangible de refugio: el aprendizaje de verbos irregulares ingleses, por ejemplo, me parece una lectura de juventud tan válida como las de Enid Blyton, que también me interesaban.
Respecto a la decisión de no renunciar a la literatura debo confesar que me costó mucho: ya bien avanzada la veintena dejé de postergar la escritura, hasta ese momento sepultada bajo actividades delirantes y/o tediosas que me ocupaban gran parte de mi tiempo. A menudo no dejamos que el verdadero deseo asome la cabeza y eso fue lo que me pasó a mí.

- Tu libro de cuentos El malestar al alcance de todos (Caballo de Troya, 2004) es tu primer acercamiento al gran público. ¿Cómo se fraguó El malestar...? ¿Hubo una temática central elegida antes de empezar a escribirla o ésta surgió sobre la marcha?

Yo escribía relato corto para un taller en el que participaba: era el género que más me gustaba leer y por lo tanto, el que más me interesaba abordar como escritora en un principio. Cuando recopilé unos cuantos, sin ninguna relación aparente, sí vi con claridad que en el fondo la había: todos ellos eran una especie de monólogos en primera persona; todos ellos transcurrían en la época actual y en ámbitos urbanos. A partir de esas premisas seguí elaborando el resto del libro. Los poemas vinieron más tarde.

- Nos gusta el título de este recopilatorio, nos parece abierto y sugerente. ¿Nos podrías dar un sentido profundo a este El malestar al alcance de todos?; ¿nos podrías dar unos hilos para imbricar el título a estos relatos?

El título remite un poco al de un libro de autoayuda, o de aprendizaje de técnicas u oficios, un hágalo-usted-mismo que, al contener la palabra “malestar”, resulta descabellado. Todos los personajes del libro padecen. Unos su propio carácter, otros las maldades que les hacen sus llamados “seres queridos”, otros las convenciones sociales arraigadas y difícilisimas de alterar… en fin, que cualquiera puede sufrir en la sociedad contemporánea del primer mundo sin necesidad de proponérselo mucho.

- Nos sorprende también que incluyas poemas en el cuerpo de un libro de relatos. ¿Cómo surge la idea? ¿Te cuesta separar las dos vocaciones o crees que son simplemente dos formatos para una experiencia única?

Me parece que son únicamente algunos poetas, que no escriben además narrativa, los que quieren defender con uñas y dientes su parcelita de poder, hacer creer al mundo que la escritura de ficción es una labor meramente artesanal que “mancha las manos”, mientras que su arte es nobilísimo y etéreo. Estoy un poco-bastante harta de esa fantasmada narcisista, así es que opto por la segunda respuesta implícita en la segunda pregunta: la poesía y la prosa son simplemente dos formatos para una experiencia única. La idea de incluir poemas en el cuerpo del libro partió de mi editor, Constantino Bértolo, al que le gustó una colección de poemas que tenía escritos y que le mostré. A ambos nos pareció que iría bien intercalarlos de forma irregular a lo largo del libro. Yo los veo como pausas casi publicitarias para descansar un poco de la verborrea que gastan los narradores de los diferentes relatos.

- ¿Qué sabor ha dejado El malestar al alcance de todos? ¿Te sientes valorada por tu obra? ¿Ha cumplido con tus expectativas previas?

Creo que, a no ser que uno/a busque deliberadamente escribir un best-seller para hacer dinero con él, la publicación de un libro le sirve al autor al igual que un catálogo de una exposición individual le sirve a un artista visual. Es su tarjeta de presentación y le ayuda a hacerse un poco más visible. En ese sentido, estoy satisfecha con los resultados obtenidos con El malestar, y también en otro: gracias al libro he conocido y, digamos, “frecuento” a escritores que en su día me interesaban mucho y a los que no sabía cómo acceder.

- Recientemente has publicado el libro de poemas Mercado común (Caballo de Troya, 2007) ¿Qué es Mercado común? ¿Qué nexos podemos encontrar entre este libro y el anterior libro de cuentos?

Mercado Común tiene un lado privado del que no hablaré (yo creo que todos los libros tienen un porcentaje de “lado privado” que sólo ha de conocer su autor) y otro más público que podría ser mi reflexión sobre qué significa haber nacido en España y, por lo tanto, haber recibido una educación “española”. La pregunta implícita sería “¿de qué somos fruto?”, así en primera persona de plural. También es importante en el libro la idea de Europa, de calibrar nuestro nivel de “europeidad”, de hurgar un poco en qué quiere decir “ser europeos”.
Los nexos con el libro anterior han de estar ahí, supongo, aunque mi idea es no repetirme mucho y que cada libro sea muy diferente del anterior.

- Nos llama también la atención las listas de objetos que publicabas en las páginas de Culturas de La Vanguardia. ¿Le podrías dar un sentido a estas listas?

Me gusta enumerar, clasificar, hacer listas. De hecho, Perec, que era también aficionado a abarcarlo todo a través del lenguaje (de ahí su “Intento de agotamiento de un lugar parisino”, por ejemplo), es uno de mis escritores favoritos y, claramente, una de mis influencias. Cuando vi que en el Cultura/s tenían esa sección de “rankings” quise participar y en la redacción del suplemento me dieron la oportunidad. Me podría pasar la vida haciendo listas de ese tipo, con un pequeño comentario sobre cada elemento, pero la sección desapareció, a mi pesar.

- Y lo que viene...Parece que tras un libro de poesía y uno de cuentos le llega el turno a una novela. ¿Estás pensando en ello o prefieres abordar otros proyectos antes?

No creo que haya novela por el momento. Cada vez soy peor lectora de novelas: me aburro, las dejo por la mitad, no puedo seguir bien la trama…, por lo tanto sería una majadería escribir una.
Me interesa cada vez más la no-ficción, la narrativa de viajes, la crónica… por ahí van los tiros.


SOBRE NARRATIVA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA

-Algunos críticos de prestigio ( Fernando Valls, Domingo Ródenas...) han advertido con preocupación cierta tendencia a la despreocupación estilística en los narradores noveles. ¿Estarías de acuerdo con esta afirmación? ¿Es cierta relajación estética un sello de la narrativa contemporánea española?


¿Qué quiere decir “estilo” en este caso? Porque la “relajación estética”, que no acabo de estar segura de lo que es (imagino que algo relacionado con un uso más pobre del lenguaje, con menor variedad de palabras, menor cantidad de adjetivos quizá, un tono más coloquial, frases más cortas, más “carverianas”…), probablemente sea una opción estilística consciente por parte de esos narradores. O quizá no (es que no sé de quién hablamos en concreto), quizá sea, esta vez sí, una muestra de la cantidad de descerebrados nacidos en democracia que publican hoy libros en España.

- ¿Qué opinas del peso temático y estilístico que ha ido adquiriendo la literatura norteamericana ( en obras de Eduardo Lago, Loriga, Fernández Mallo, en la catalogada como “Generación Nocilla”...) en la narrativa española de los últimos años? ¿Qué opinión te merece este último movimiento bautizado como “Generación Nocilla”?

No me parece un problema que existan influencias venidas de otros países: ya que aquí ha prevalecido durante tanto tiempo el “que inventen ellos”, habrá entonces que buscar fuera las novedades estéticas, no nos queda otra. Quizá se trate entonces de adaptar esas influencias a la lengua de cada uno.
Respecto a la generación Nocilla, tampoco creo que haga falta darle tantas vueltas: un grupo de gente con ciertas afinidades literarias ha sido apodado así por una periodista cultural. No consigo ver nada más allá de eso, lo siento.

-Hemos dedicado este número y el anterior a conseguir una instantánea de la literatura española. ¿Qué aspectos destacarías de estos últimos años? ¿Podrías señalarnos algunos autores u obras que consideres imprescindibles?

Veo que en la narrativa hay un interés mayor por la tecnología, y no me refiero a decir “Fulanito encendió el móvil” o “Menganita encontró un mail de Ramón en su bandeja de entrada”, me refiero a que la tecnología empieza a ser un tema de la literatura en castellano, que, dentro de España, es de la que puedo hablar con cierto conocimento.
Autores que me interesan: tengo como objetivo leer a Kiko Amat y a Javier Pastor, del que he ojeado sólo unas páginas que me han parecido espectaculares. Me gustan mucho Eloy Tizón, Hipólito Navarro, Quim Monzó y Andrés Barba en narrativa, y estoy descubriendo ahora a Óscar Esquivias. Ah, y Belén Gopegui también ha sido un referente importante para mí. En poesía leo con interés a Julieta Valero, Patricia Esteban, Abraham Gragera, Carlos Pardo, Mariano Peyrou, Olvido García-Valdés…



Gracias, Mercedes...

Entrevista publicada por la revista Paralelo Sur ( núm.6. Barcelona, abril de 2008)

miércoles, 8 de julio de 2009

ENTREVISTA A UNAI ELORRIAGA







ENTREVISTA A UNAI ELORRIAGA
Por Fernando Clemot



Unai Elorriaga ( Getxo, 1973) tuvo una de las apariciones más fulgurantes y sorprendentes que recordamos con una primera novela. SPrako Tramvia (Elkar, 2001) traducida al español como Un tranvía en SP ( Alfaguara, 2001) fue un éxito. Esta novela alcanzaría ese altísimo grado de popularidad gracias primero al boca a boca y posteriormente con el Premio Nacional de Narrativa de 2002, posiblemente este premio sea una de las sorpresas más encantadoras de los últimos tiempos. Bajo el influjo todavía de este bombazo publicó posteriormente El pelo de Van´t Hoff (Elkar y en español Alfaguara, 2003) y la última Vredaman (Elkar y en español Alfaguara, 2005).
Teníamos ganas de hablar con Unai sobre estos últimos títulos y sobre todo lo que pasó con su Tranvía en SP, sobre los rasgos que definen a la literatura vasca, sobre las traducciones y sobre su visión del momento actual de la literatura en Euskadi.


- Publicas tu primera novela y consigues un gran éxito en Euzkadi; se traduce al español, el éxito se consolida y además te conceden un premio (el Premio Nacional de Narrativa 2002) que a menudo parece reservado a trayectorias más que a títulos. Todo con veintinueve años. ¿No te colapsó todo este tumulto? ¿Cambió tu forma de trabajar en algo?

No, evidentemente el resultado fue todo lo contrario, me estimuló, me dio alas. Con este tipo de reconocimientos empiezas a sospechar que lo que escribes le puede gustar a alguien, que se puede extender y dejar de ser algo personal. Llegas a la conclusión de que puedes decir algo. En cuanto a lo del cambio, cambió de forma decisiva el hecho de llegar a ser profesional. Hasta aquel momento era traductor y trabajaba en horas libres. Dedicaba ya las horas centrales, las más intensas las podía ocupar en escribir y creo que esta dedicación afecta de forma decisiva también a lo que vas escribiendo.

- Empezaste a trabajar el cuento antes de tu primera novela Un tranvía en SP ¿Es la narrativa breve un campo de trabajo necesario para el escritor novel antes de abordar una novela?

Necesario desde luego que no. Cada autor tiene su proceso y hay cerebros y obras que se funcionan de forma diferente. Hay gente que empieza, por ejemplo, escribiendo guiones. Nunca había pensado que podía escribir novelas, pensaba que mi género era el cuento pero poco a poco descubres que hay ideas y espacio para todo. No hay porque encasillarse, hay motivos y tiempo para abarcar cualquier género.

- Hay un detalle importante que nos llama la atención. ¿Por qué traduces tus novelas? No suele ser muy frecuente...

Es sencillo. Soy traductor de profesión y como cualquier traductor sabe es imposible la traducción perfecta o ideal de una obra literaria. Yo he traducido muchas obras y sé que si muchos autores pudieran descubrir algunos secretos o fragmentos de algunas traducciones no les gustaría demasiado. El traductor mejor de una obra es sin duda el autor mismo. Si tuviera que traducir mi obra al alemán evidentemente tendría que renunciar a traducirla pero tengo la oportunidad de hacerlo con el euskera y el castellano y me cuesta renunciar a ello.

- Encontramos en tu obra un lenguaje bastante desnudo, alejado de descripciones farragosas; también una utilización abundante del diálogo y la frase corta, testimonios ambos de oralidad. ¿Consideras que es la oralidad uno de los rasgos que mejor podría definir tu novelística?

La oralidad... Creo que hago una búsqueda consciente de ella. En la literatura actual nos estamos alejando cada vez más de ella puede que por fingir una apariencia de intelectualidad. Desde mi punto de vista los mejores tesoros de la literatura están directamente relacionados con la oralidad. En la literatura vasca, por ejemplo, hasta el siglo XIX o XX, prácticamente sólo se reflejaba esta tradición oral. Me siento cómoda con ella y no tengo dudas de que es un aspecto que se debería recuperar.

-De tu segunda novela ( El pelo de Van´t Hoff) han señalado algunos críticos que es demasiado arriesgada. ¿Qué contestarías a esta afirmación?

Me gusta el riesgo. Incluso su negatividad o el sentido negativo que se le pueda apreciar me gusta. Parece que cuando se llega a subir a algún tipo de pedestal hay que seguir haciendo lo que estabas haciendo pero yo pienso que llegué al premio y a cierto éxito investigando y no veo por qué no tengo que seguir haciéndolo. Supongo que el tiempo dirá hasta dónde llega “El pelo de Van´t Hoff.”

-Los ancianos, niños, adultos que utilizan el lenguaje infantil... Utilizas temas y registros generalmente desdeñados por la literatura actual ¿Qué te llevó a interesarte por estos “extremos” vitales?

Lo desdeñable considero que sería todo lo contrario. Evito las tendencias actuales ya que creo que lo extremo es también muy atractivo. Nadie es consciente de que va a morir y la cercanía de esa conciencia da una lucidez inusual. Así ocurre con los ancianos. Creo que, por otra parte, los niños ven la sociedad sin contaminarse por lo que les rodea, sin la influencia de otras personas o conductas. Los ancianos y niños nos dan un punto de vista menos tratado por la narrativa actual pero a mi juicio tan útil o interesante como el de un adulto normal.

-Un tranvía en SP, El pelo de Van´t Hoff, Vredeman. Las tres parecen unidas por unos vectores comunes pero nos gustaría que fueras tú quien nos marcaras los que consideras los ejes temáticos de tus obras. -¿Qué otros campos de la “comedia humana” te gustaría explorar en tus próximas novelas?


Estas tres primeras novelas cierran un ciclo. La primera fue arriesgada, una auténtica busca de nuevos lenguajes y yo creo que en la segunda se mantiene este mismo estilo. La tercera sería el punto de cierre de estas dos primeras aunque creo que el estilo es totalmente diferente. Creo que uno de los ejes sería una exploración del cerebro, por ahí me gustaría profundizar, el alma humana en su enfermedad, en su maldad, profundizar en sus aspectos más oscuros también


SOBRE LA LITERATURA VASCA

-La literatura vasca sigue siendo una gran desconocida para el lector en lengua española: Bernardo Atxaga, tú, suena también Harkaitz Cano pero se conoce poco. Se diría que los autores vascos llegan al mercado español con cuentagotas. ¿Qué autores crees que podrían ser interesantes para el lector español?

Es difícil dar nombres ya que estamos hablando de una literatura muy pequeña aunque me gustaría destacar algunos autores que quizá no han tenido la repercusión que han podido alcanzar los que mencionas. En esta línea podríamos encontrar a Anjel Lertxundi, Ramón Saizarbitoria, Joseba Sarrionandía...

-¿Qué valores puede ofrecer esta literatura y que todavía no han sido transmitidos?

Yo destacaría la gran tradición heredada de los versolaris, de la poética y la narrativa de la improvisación que ha llegado incluso a crear escuelas de improvisación. Creo que se ha hecho un gran trabajo en este sentido, un trabajo enriquecedor y posiblemente sea este hecho uno de los rasgos más diferenciadores de la literatura vasca.

-¿Cuáles crees que son los principales problemas (distribución, traductores, interés de las grandes editoriales españolas...) que impiden que los principales autores vascos lleguen al público lector español?

El mercado literario español es infinitamente más grande que el de la literatura vasca. Existe un mercado saturado de escritores y editoriales a los que hay que sumar además todos los escritores que vienen de Hispanoamérica que buscan también un lugar en este mercado. Aparte habría que incluir la cantidad de traducciones que se hacen de autores europeos o norteamericanos. Quizá el mayor problema que veo es éste, la saturación… en un mercado así, con esta avalancha de ofertas y títulos, cuesta encontrar un lugar para una literatura como la nuestra.

-El mercado editorial, el público lector... Se conoce poco la industria editorial en euskera ¿Cuáles crees que son las características esenciales de la edición en euskera? ¿Sus principales problemas?

La característica más destacable es el tamaño, no debemos tener más allá de 700 000 hablantes de nuestra lengua, pero este no sería el público potencial de cualquier libro, a estos 700 000 habría que restar los que no leen nunca, los que no les gustas, la gente preocupada en otras actividades… Si seguimos restando puede que no tengamos los escritores en euskera un público que vaya mucho más allá de 50 000 lectores potenciales

Gracias, Unai. Un abrazo.

Entrevista publicada en el número 6 de la revista Paralelo Sur ( Barcelona, abril de 2008)