sábado, 2 de enero de 2010

RECORRIDOS LITERARIOS POR LISBOA ( y II )


1. Cementerio de los Placeres
El particular nombre de este camposanto -lugar poco dado a los excesos mundanos- parece tener su origen en el título de un fado, y es buena muestra tanto de la ironía, que revestida de nostalgia encierra este singular estilo, como del propio carácter lisboeta. En este cementerio están enterradas insignes figuras de las artes y las letras portuguesas, como Fernando Pessoa, Cardoso Pires o la fadista Amalia Rodrigues, que fue despedida por Lisboa entera con honores de Jefe de Estado.

2. Casa Museo Fernando Pessoa (Rúa Coelho da Rocha, 16)
Inaugurado en 1993, el museo Fernado Pessoa se sitúa en la última morada del poeta, cuya estructura ha sido alterada por la arquitecta Daniela Ermano para adaptarse a las necesidadesdel museo. En él se puede ver una exposición permanente con obras de Almada Negreiros (Retrato de Fernando Pessoa en el Café Irmãos Unidos), Júlio Pomar, Bartolomeu dos Santos, Antonio Costa y Rodríguez Castañé. La habitación del poeta es escenario de representaciones de las obras del poeta por parte de artistas plásticos. Sus salas acogen exposiciones sobre poetas.

3. O Procopio (Alto de Sao Francisco, 21 A)
El lujo que envuelve O Procopio lo hace figurar en las guías más selectas del mundo. Detalles Art Decó, butacas de terciopelo y candelabros de Guimard le dan un ambiente burgués que no ha sido óbice para que se haya convertido en refugio de poetas, políticos y artistas. Todos los años otorga el premio O Procopio, uno de los más consolidados de la ciudad, a personajes relevantes de la vida intelectual. Como curiosidad destacamos la fuente de su puerta, convidando al sediento de agua a echar un trago.

4. Hotel Bragança (Rúa do Alecrim)
En este hotel se celebraron las famosas cenas de "Os vencidos da vida", tertulia que acogía a los protagonistas de la vida literaria, social y política de la Lisboa de finales del siglo XIX. Entre ellos se encontraban figuras de la talla literaria de Eça de Queirós, Ramalho Ortigão, Guerra Junqueiro, Oliveira Martins y Antero de Quental, y de la talla política del Conde de Sabugosa, del Marquês de Soveral, de Carlos Mayer o del Conde de Ficalho, que intentaron regenerar la sociedad portuguesa llegando a constituir un grupo generacional: el de los 70. Próximamente acogerá la Casa de Eça de Queirós.

5. Café British (R. Bernardino da Costa, 52)
Situado junto al puerto fluvial de Casi do Sodrè, el British Bar aún conserva el regusto canalla y cosmopolita, de muelle, que atrajera a literatos y artistas como los pintores Bernardo Marques y Carlos Botelho. Intelec-tuales y escritores se codean con contrabandistas y estibadores del puerto del brazo de niñas bien en este bar donde, como curiosidad, hay un reloj cuyas agujas corren en sentido contrario, sumergiendo al parroquiano en el pasado más sabroso.

6. Café O Americano (R. Bernardino da Costa, 35)
Algo venido a menos, O Americano tuvo su época de esplendor en los años 30, cuando era lugar predilecto de los funcionarios suecos, daneses y británicos de las compañías navieras del vecino Cais do Sodré. Su impresionante urogallo embalsamado fue testigo, desde el altar de la pared, de las copas más madrugadoras que trasegó Fernando Pessoa.

7. Pavilhao Chinês (RúaDom Pedro V, 89 - 91)
Antigua tienda de especias, el Pavilhao Chinês recibe al curioso con busto d e l a R e p ú b l i c a Portuguesa y una formidable barra victoriana (ironía no siempre apreciada). Utilizado como escenario de múltiples películas, en su interior destaca, entre una multitud de objetos diversos, la colección de "manguitos zé povinho", unas jarras con la figura del original personaje creado por Bordalho Pinheiro que refleja el sentir popular ante los desmanes políticos con un expresivo corte de manga.

8. Estatua de Sao José Tomás (Campo dos Mártires de la Patria)
Los equívocos y las estatuas parecen estar unidos en Lisboa. Como en el caso de la del Doctor Sousa Martins (1843 - 1897), célebre científico, médico ilustre y hereje confeso, que por obra, gracia e insistencia de un puñado de fieles, enterados de sus prodigiosas curaciones en vida, ha sido recientemente elevado a los altares con el nombre de Sao José Tomás. Junto a la estatua se pueden ver pequeñas placas votivas de mármol.

9. Café Portugal (Rossio)
Este café, que antes de desaparecer estaba situado en plena plaza del Rossio, fue el epicentro de las tertulias de la resistencia política y literaria frente a la dictadura de Salazar. Mario Soares, ex-presidente de la república, Azeredodo Perdigão, presidente de la Fundación Gulbenkian, Abel Salazar, José Fernandes Fafe, escritor y ex-embajador de Portugal en Cuba, México y Argentina, João José Cochofel, Carlos de Oliveira y José Gomes Ferreira (de quien se decía que tenía los cajones repletos de versos), fueron algunos de sus tertulianos, siempre vigilados atentamente por agentes de la PIDE, la policía secreta salazarista.

10. Café Nicola (Praça Dom Pedro IV (Rossio) 24/25)
Frecuentado por Pessoa, en sus intercambios intelectuales con Mario de Sá-Carneiro, el actual café Nicola, situado al lado oeste de la plaza del Rossio, data de 1929, aunque el original era muy anterior. Uno de sus habituales más destacados fue el poeta satírico Manuel Maria Bocage (1765- 1805), que, en palabras de Cardoso Pires "entre rimas y panfletos, conspiraba contra la sociedad de policías y monjesespías que lo llevarían a prisión". Su estatua en bronce se encuentra junto a al entrada.

11. Café Gelo (Rossio)
El café Gelo, hoy desaparecido, fue el centro de gravedad del surrealismo lisboeta. Desde sus tertulias Raúl Leal reclamaba un Portugal esotérico y ocultista y el gran poeta Herberto Helder, también cabalista y alquímico, excelente dominador del lenguaje en castellano y portugués, introdujo en Portugal versiones de textos poéticos de otras culturas y lenguas.

12. Dom Pedro IV (Rossio)
Este curioso detalle de la plaza del Rossio es uno de los más representativos de la singularidad del carácter portugués, que tantos ríos de tinta ha hecho correr. La estatua representa a Don Pedro IV de Portugal, al que se le dedica la plaza, pero, sin embargo, la figura, encargada a un escultor francés, parece ser la del emperador Maximiliano de México, traída a Portugal tras el asesinato de este. La polémica está servida, pero el lisboeta, socarrón, encuentra más gusto en lo gracioso del caso que en la verdad de los hechos.

Citas


Sobre el Cementerio dos Prazeres

"...he recordado que los domingos los gitanos venden cosas en la entrada del Cementerio dos Prazeres, venden de todo: zapatos, medias, camisas y camisetas, vamos donde los gitanos, mi único problema es que no sé llegar hasta allí, es decir, se vagamente dónde queda el Cementerio dos Prazeres..."

"...es fácil, dije, entra en el Largo Camôes y allí, donde está la joyería Silva, coge la calle que desciende, que es la Calçada da Estrela, y cuando llegue al Largo da Estrela enfila por Domingos Sequeira hasta Campo Ourique, ahí tiene que tomar a la izquierda por Saraiva de Carvalho, que nos lleva derechitos al Largo do Cementerio dos Prazeres..."

Antonio Tabucchi “Réquiem”

Rúa Rodrigo da Fonseca, 66 (Casa de Pereira)
"...Claro, dijo Pereira, la redacción soy yo, estoy en Rúa Rodrigo da Fonseca, número sesenta y seis, cerca de la Alexandre Herculano, a dos pasos de la carnicería judía, si se encuentra a la portera en la escalera no se asuste, es una bruja, dígale que tiene cita con el señor Pereira..."
Antonio Tabucchi: "Sostiene Pereira", 1994

Casa del Alemtejo (R. de Portas de Santo Antao, 58)

"Todos por el Alentejo/ el Alentejo por la patria”, decía la inscripción sobre la puerta. Subí por una gran escalinata que desembocaba en un patio morisco, con una fuente, una vidriera y unas columnas de mármol iluminadas por cirios rojos, como los que se usan en las sacristías. Era un lugar de una belleza absurda..." (pág. 100)
Antonio Tabucchi, "Réquiem", 1991

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